lunes, 27 de agosto de 2018

Crónicas del verano: "Efecto de primacía"



Tenemos incluidas todas las comidas en el "Ohtel". Nos hemos preocupado de echar un vistazo a las referencias publicadas en varios portales de viajes de la red para saber a qué atenernos (por opinión ajena). Varias personas se quejan de que la comida, sin ser mala, resulta repetitiva y sin la sabrosura de los restaurantes u otros hoteles de cuatro estrellas. Así que estamos a la espectativa cuando entramos al comedor. Hay cola para la entrada y eso incomoda un poco al personal que ha pagado sus buenos euros por ahorrarse cualquier molestia. Finalmente entramos y nos instalamos en una mesa provista de dos pequeños manteles (reutilizables y -espero- lavados para cada ocasión). Está montada con su servilleta de tela (a veces fueron de papel) y el servicio de tenedores. La bebida (también incluída, menos mal) hay que solicitarla a alguno de los camarenos/as que son todo los solícitos que la demanda de comensales les permite. Pido una cerveza y me traen una caña en una copa pequeña. He de pedir otra al poco. Luego me doy cuenta de que se puede solicitar una jarra de medio litro. Será mi bebida la mayor parte de los días, pues el vino (de la casa) no es muy bueno. El comendo interior resulta demasiado ruidoso y el trajín estresa un poco. Decidimos que, en adelante, intentaríamos encontrar sitio en uno exterior mucho más tranquilo. 

El recorrido por el bufé nos ofrece bastante variedad, claro que más del 50% son productos que se repiten en todas las comidas: verduras para las ensaladas personalizadas, gazpachos, zumos, pan, pizza, salchichas... Las paellas y fideuas (de las que siempre hay alguna) son manifiestamente mejorables. Es común encontrar guisos de pollo, cerdo, conejo o ternera. El plato estrella, para los gourmet, son los productos frescos elaborados a la plancha (pescados, filetes, espetones, barbacoa...)  pero con productos de mediana calidad. Cada noche, aparte de lo comunmente ofrecido, hay algunas especialidades temáticas (italiana, mejicanas, "mariscada"...) Precisamente la mariscada es la noche del viernes (día de entrada para los que contratan una semana de estancia). Ese día puedes ponerte morado de marisco, aunque de las especies más económicas: las almejas serán del pacífico, los mejillones pequeños y de la costa cercana, las navajas no serán muy frescas, el pulpo será más bien potón, los langostinos de Cabo Verde o caladero similar... Al final opino que tendrían un destino más adecuado como tropezones de una buena paella. de Con todo, el huésped, se queda con una buena impresión. Funciona el "efecto de primacía" donde el viajero guardará buenos recuerdos de esta primera cena de luminosa mariscada, dejando ensombrecidas las pizzas regulares, los tacos insulsos o los morunos resecos. Así que nos atiborramos de mariscos. Claro que preparar estos crustáceos a mogollón hacen que pierdan calidad y matices.

Como buena parte de las críticas de los viajeros se refieren a la comida me permito incluir la respusta de su director a los comentaristas de tripadvisor hace cuatro días:

"Respecto a la comida de nuestro bufé, seguimos una rueda de menú que incluye más de 80 diferentes productos en cada servicio. Estación de ensaladas y encurtidos con 35 diferentes referencias, estación de bufé infantil, plancha de carne, plancha de pescado, barbacoa exterior con una pieza adicional de carne o pescado hechas al momento, zona de sopas y cremas, área de platos calientes y fritos hasta el bufé de postres elaborados por nuestra propia pastelería. Todo esto sin contar rincones adicionales que podemos montar, tales como zona de gazpacho, ensaladas frías.... Y como no, nuestras 3 noches temáticas a la semana, Lunes, Española, Miércoles Italiana y Viernes Gala. En todas ellas se ofrecen adicionalmente rincones con platos de las regiones mencionadas elaborados por nuestro equipo de cocina.
Saludos cordiales,
Miquel A. CandialDirección Ohtels Islantilla"

Al final, después de un periodo de dos o tres días de pruebas, cada cual elige los platos que le apetecen y las cantidades que puede digerir sin empacharse. Nosotros terminamos acudiendo de forma asidua a la fruta, los zumos naturales, el gazpacho y los alimentos a la plancha. Del resto prescindimos.

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