domingo, 30 de julio de 2023

Yo, la peor de todas


«Y así, pese a quien pesare,
escribo, que es cosa recia, 
no importando que haya a quien
 le pese lo que no pesa»

(Sor Juan Inés de la cruz)

Cito a Sor Juana, auténtica escritora en su guarida monacal, en sus apartados aposentos de la orden jerónima en la ciudad de México. Monja por eliminación, no por elección. Enclaustrada como último recurso de ejercer su libertad de escritora y eterna estudiante. 

Ella, que llegó a definirse como "La peor de todas las hermanas" es el ejemplo más exquisito de la mejor esencia. Admiro su determinación, su inteligencia, su carácter. Me apropio de esa frase lapidaria, resuelta, comprometida y firme: "Yo, la peor del mundo". Suena como una aldabonazo a las conciencias de los conformistas, de los bienpensantes, de los fariseos de la moral.

Fue mujer sin importarle demasiado su sexo. No le hubiera incomodado nacer hombre; pero siempre reivindicó su condición de persona, de miembro de una humanidad poseedora de curiosidad, ansia de saber y juicio propio.

Miro su retrato adolescente de lejos y parece triste; pero me acerco y voy descubriendo, entre la perfección del óvalo de su cara, el brillo de unos ojos escrutadores que te miran y te entienden, que te traspasan el alma y te perdonan... porque saben. La bella Juana, la hermosa muchacha de 15 años de cuya imagen me enamoré un día mientras repasaba su biografía y contemplé el cuadro que de ella realizó el pintor Jorge Sánchez Hernández. Juana la sabia, la de férrea voluntad, la persona deslumbrante que, pese a todo el peso, a toda la terrible gravedad de la cristiandad, supo defender su resquicio de independencia. Juana, que también supo callar, que profesó su particular voto de silencio en el final de sus días. 

Juana, ¡Cuánto daría por haberte conocido, por hablar contigo largamente de los fascinantes misterios de la vida: de la ciencia, de la religión, del amor...! En tu joven rostro, en tu perfecto cuerpo juvenil, en tu mirada dulce y profunda, llena de sabiduría a tus pocos años encuentro paz, curiosidad, conocimiento, una pizca de desengaño, una chispa de travesura y, también, una serena alegría.

Hablaban los de su tiempo de su apreciable belleza. Por ello fue pretendida y, también por su  inteligencia -pero esto, a los más, les incomodaba-. Los jóvenes de hoy en día, ante su retrato, manifiestan su estupor en su particular jerga (que haría sonreír a una notable lingüista como  ella, conocedora del náhuatl, del latín y del griego): "¡Pero cómo se metió monja, si estaba buenísima!»

Y no es para menos: Un cabello negrísimo que se derrama, perfectamente cuidado, a ambos lados de un rostro perfecto. Un cabello  que, sabedora de su valor ornamental, cortaba mechón a mechón cuando sus avances en latín no le parecían suficientes: "No me parecía razón que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias" -argumentaba-.

Habría que explicar a los jóvenes de hoy  que enclaustrarse (meterse monja) era la forma más práctica de ser un espíritu libre en su tiempo. Un contrasentido aparente que se aclara si somos capaces de imaginar la enorme presión que se ejercía sobre una mujer guapa, joven y bien relacionada para que aceptara el matrimonio; algo que cobra luz si contemplamos la intensa necesidad de Juana de conocer, de pensar, de descubrir... Tras los muros del convento, aparente prisión, podía ser libre.

Precoz en los aprendizajes, aprendió a leer a los tres años y compuso su primer poema a los siete. Se entendía en náhuatl son sus amigos indígenas desde niña y, cuando se lo propuso, aprendió latín en 30 lecciones que dejaron admirado y rendido a su profesor. Fue especialmente hábil en la corte del virreinato donde llamó la atención de los virreyes que la reclamaban continuamente. 

Amiga de virreyes, platónica amante de la virreina, admirada y envidiada por sus pares, inteligentísima, crítica valiente y feroz del machismo imperante, poeta inigualable, superdotada, feminista convencida, estudiosa abnegada... Fue calificada como "La poetisa de México", "Décima Musa" y "Fénix de América" y es, con seguridad, la autora más notable del Barroco Hispanoamericano. En las réplicas a sus críticos pone la puntilla con demoledora eficacia; pero con gracia. Veamos, por ejemplo, como llama "hijo de puta" a alguien que chismorrea a su costa:

Más piadosa fue tu madre,
que hizo que a muchos sucedas:
para que, entre tantos, puedas
tomar el que más te cuadre. 

Mostremos cómo enfrenta a los hombre en sus contradicciones sobre la relación con la mujer: 

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Como otra monja, Santa Teresa, al otro lado del océano, entretenía a sus hermanas con poemas divertidos, incluso atrevidos para las costumbres de la época. Sor Juana hizo lo mismo con poemas de entretenimiento subidos de tono que solía recitar en los corrillos monjiles o leer en el locutorio durante las muchas tertulias que dirigía. Hay un grupo de cinco sonetos bastante escandalosos escritos con consonantes forzados en los que o hace alusiones licenciosas a una mujer, o hablan del deseo que provocan en un hombre. En el ejemplo a continuación uno de ellos refiere cómo una dama ha convertido a su marido en cornudo:

Aunque eres, Teresilla, tan muchacha,
le das quehacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un cacho
a aquel que se pintare más sin tacha.

De los empleos que tu amor despacha
anda el triste cargado como un macho,
y tiene tan crecido ya el penacho,
que ya no puede entrar si no se agacha.

Estás a hacerle burlas ya tan ducha
y a salir de ellas bien estás tan hecha,
que de lo que tu vientre desembucha,

sabes darle a entender, cuando sospecha,
que has hecho, por hacer su hacienda mucha,
de ajena siembra, suya la cosecha.


Pero si en divertir era maestra por elección, en argumentar fue doctora por obligación. Tuvo, como no podía ser de otra manera, numerosos enfrentamientos con las élites religiosas y, aunque tuvo benefactores que la defendieron, al final estos se salieron con la suya: la ordenaron callar y humillarse. Y finalmente lo hizo. Su confesión: "Yo, la peor de las hermanas", no se entiende sin mediar razones ocultas o maquiavélicas conspiraciones contra su persona que no se han podido descubrir; pero no serían de extrañar. Durante los últimos años de su vida, ya sin el directo apoyo de los virreyes, hubo de defenderse con las uñas y dientes dialécticos contra aquellos que la condenaban al ostracismo en lo gentil y a lo piadoso en lo religioso; a ella, un espíritu libre.

"No hay cosa más libre que
el entendimiento humano;
pues lo que Dios no violenta,
¿por qué yo he de violentarlo?"


Como la Santa de Ávila, que encontraba a Dios incluso entre las cazuelas, Sor Juana lo encuentra en los libros y lo expone en sus escritos, incluso los de índole profano.

"Estudia, arguye y enseña,
y es de la Iglesia servicio,
que no la quiere ignorante
el que racional la hizo"

En sus últimos años de vida cesó su producción literaria. Como algunos escritores, que tras obras maestras y prometedoras renuncian a publicar para siempre y eligen un anónimo retiro, Juana eclipsa su figura que tanto brilló y se centra en apoyar directamente a los más necesitados. Su muerte, acaecida en 1695 a causa de una epidemia terrible que se desató en la ciudad de México, fue su último acto supremo de servicio. Tenía tan solo 46 años.

Pudiera ser, siendo solo conjeturas, que pensara que los numerosos elogios que recibió distorsionaron su retrato y pervertían su lucha por adquirir conocimiento y poder ser, pese a monja, poeta de versos profanos, ser tan culta como pueda serlo un hombre en este mundo y defensora del derecho de la mujer a leer, pensar y escribir. Quizá pensó que se había convertido en un mito. Lo que sí es cierto es que, a finales de 1962 y alejada de toda vanidad, la poetisa de México,  la Décima Musa y Fénix de las Américas desapareció de la escena y a principios de 1963, del mundo. Antes dejó escrito:

"Honoríficos sepulcros
de cadáveres helados,
a mis conceptos sin alma
son vuestros encomios altos:
elegantes panteones,
en quienes el jaspe y mármol
regia superflua custodia
son de polvo inanimado"


En el folio 174 del Libro de profesiones del convento de San Jerónimo, escribió sor Juana de su puño y letra su epitafio con las últimas palabras que salieron de su pluma:
Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo de adelante fueren, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo. 
Juan Inés de la Cruz

   


HOMENAJE

Soneto, a la manera de Juana, 
dedicado por lejano admirador.


En tus juegos, niña Juana, en tu dulzura
yo quisiera ser tu amigo, niño amante;
hacer coro de tus risas; tu semblante
yo besar y rendirme a tu locura.


Con la Juana adolescente, flor tan pura,
yo quisiera conversar que, tan brillante
y tan sabia, con un beso, yo galante,
pagaría tu talento y tu hermosura.


Yo quisiera en tu aposento contemplarte
rodeada de instrumentos y lecturas.
Y vivir en tu celda de habitante.

Despojar de sayales tu figura,
desarmado perder la compostura,
rendirme al arrebato allí y besarte.

 
El más célebre poema feminista por ella escrito: 
"Hombres necios"
(Acompañado con música de un villancico de Juan Del Encina)

Con música de Juan del Encina ("Caldera y llave") y letra de Sor Juana Inés de la Cruz: "Hombres necios", en la adaptación de J. M. Grande.


Hombres necios
(Sor Juana Inés de la Cruz)

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Y cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis:
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

martes, 25 de julio de 2023

Proféticas viñetas

Resulta perturbador encontrarse, tras las tragedias que sobrecogen a la humanidad en los últimos tiempos, algunas viñetas proféticas que anticipan la catástrofe. En el mundo del cómic o de la animación se dan casos realmente sorprendentes. Tengo en mente, por ejemplo, la catástrofe anunciada por Ibáñez en uno de sus mortadelos que anticipa el choque de dos aviones en las Torres Gemelas de Nueva York.


Podríamos preguntarnos incluso si acaso no haya servido de inspiración para sus autores. 

Más recientemente implosionó el submarino experimental Titán. La desgracias ya se había contado. La previsión más conocida es la presentada en la serie "Los Simpson" en el episodio en que ::: oipera un minisubmarino que se queda atascado mientras visita un pecio. 

Escalofriante pese al aire desenfadado del cómic...

Pero otras predicciones se producen continuamente. Sin abandonar estas mismas fuentes de animación tenemos anticipadas algunas escenas de la vida de Donald Trump, incluso su muerte:




Y siguiendo con este peculiar personaje, también Ibáñez lo retrata a su modo víctima de los nuevos artilugios de la tecnología: los drones.




Y esto, entre otras escenas de fantasía  que podrían superar a la realidad...




¡Lo clavaron!

domingo, 23 de julio de 2023

Apnea del sueño

La apnea del sueño es un trastorno grave para la salud ya que la respiración se detiene y recomienza repetidas veces durante el sueño. Esto repercute muy negativamente en el descanso físico y psíquico (la privación del sueño, recordemos, es una muy cruel forma de tortura usada con frecuencia). Además a la larga, como luego explicaremos, entraña peligro de muerte por infarto.


Los síntomas habituales son los ronquidos fuertes, la sensación de cansancio al levantarse, la interrupción frecuente de la respiración durante algunos segundos mientras se duerme, jadeos al respirar en el sueño, sensación de sequedad en la boca, insomnio, hipersomnia (sensación de sueño durante el día), falta de atención, irritabilidad... 


Los principales tipos de apnea del sueño son los siguientes:

 

1. Apnea obstructiva del sueño, la forma más común, que ocurre cuando los músculos que activan las partes blandas de la garganta se relajan (lengua, paladar blando...) y se obstruye la vía de acceso.  La vía respiratoria se estrecha o cierra y la respiración se corta por un momento. Esto hace que no pueda recibirse suficiente aire, bajando el nivel de oxígeno en la sangre. El cerebro detecta que no puedes respirar y te despierta brevemente para que puedas volver a abrir las vías aéreas. Este despertar generalmente resulta tan breve que no lo recuerdas. Puede ocurrir que resoples, te ahogarte o jadees. Este patrón se puede repetir de 5 a 30 veces o más cada hora, durante toda la noche (sin embargo hay algunas personas que llegan a alcanzar 200-300 despertares) lo que dificulta la capacidad de alcanzar las etapas profundas y reparadoras del sueño.


Factores de riesgo

La apnea del sueño puede afectar a cualquiera, incluso a los niños. Sin embargo, determinados factores incrementan el riesgo.

  • Sobrepeso. La obesidad aumenta en gran medida el riesgo de apnea del sueño. Los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias superiores pueden obstruir la respiración.
  • Circunferencia del cuello. La gente con cuello grueso puede tener las vías respiratorias más estrechas.
  • Vías respiratorias estrechas. Puede que hayas heredado una garganta estrecha. Las amígdalas o las adenoides también pueden agrandar y bloquear las vías respiratorias, especialmente en los niños.
  • Ser hombre. Los hombres son dos o tres veces más propensos a tener apnea del sueño que las mujeres. Sin embargo, el riesgo aumenta en las mujeres con sobrepeso, y pareciera que el riesgo también aumenta después de la menopausia.
  • Ser mayor. La apnea del sueño ocurre con mucha más frecuencia en adultos mayores.
  • Antecedentes familiares. Tener miembros de la familia con apnea del sueño puede aumentar el riesgo.
  • Consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes. Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, lo que puede empeorar la apnea obstructiva del sueño.
  • Tabaquismo. Los fumadores tienen tres veces más posibilidades de presentar apnea obstructiva del sueño que las personas que nunca fumaron. Fumar puede aumentar la cantidad de inflamación y la retención de líquidos en las vías respiratorias superiores.
  • Congestión nasal. Si tienes dificultades para respirar por la nariz (ya sea por un problema anatómico o por alergias) es más probable que desarrolles una apnea obstructiva del sueño.
  • Afecciones. La insuficiencia cardíaca congestiva, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson son algunas de las afecciones que pueden aumentar el riesgo de apnea obstructiva del sueño. El síndrome de ovario poliquístico, los trastornos hormonales, los accidentes cerebrovasculares previos y las enfermedades pulmonares crónicas como el asma también pueden aumentar el riesgo.



2. Apnea central del sueño. Esta ocurre ocurre cuando el cerebro no envía señales correctas a los músculos que controlan la respiración Esto significa que no haces esfuerzo para respirar durante un período breve de tiempo. 


3. Síndrome de apnea del sueño compleja, también denominado apnea central del sueño emergente del tratamiento, que ocurre cuando alguien tiene apnea obstructiva del sueño y apnea central del sueño



Complicaciones

La apnea del sueño es una enfermedad grave. Las complicaciones incluyen las siguientes consecuencias:

Fatiga durante el día. El sueño normal y reparador se hace imposible a causa de los despertares repetidos vinculados con la apnea del sueño, lo que probablemente provoque síntomas intensos de sensación de sueño durante el día, fatiga e irritabilidad. 

Quizás tengas dificultades para concentrarte y te duermas en el trabajo, mientras ves televisión o incluso al conducir un vehículo. Las personas con SAS (Síndrome de Apnea del Sueño) presentan mayor riesgo de sufrir accidentes automovilísticos o en el lugar de trabajo. Si la enfermedad no está tratada no pueden conducir. 

También pueden sentirse irascibles, malhumoradas o deprimidas. Los niños y adolescentes con apnea del sueño posiblemente tengan un desempeño escolar deficiente o problemas de conducta.

Padecerán de presión arterial alta o problemas cardíacos. El súbito descenso de los niveles de oxígeno en sangre que ocurre durante la apnea del sueño aumenta la presión arterial y sobrecarga el sistema cardiovascular. Si tienes apnea obstructiva del sueño, tu riesgo de presión arterial alta (hipertensión) es mayor.

La apnea obstructiva del sueño puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco recurrente, accidente cerebrovascular y latidos anormales del corazón, por ejemplo, fibrilación auricular. Si tienes una cardiopatía, los episodios múltiples de nivel de oxígeno bajo en sangre (hipoxia o hipoxemia) pueden provocar la muerte súbita a causa de los latidos irregulares del corazón.

Diabetes tipo 2. Si padeces apnea del sueño, eres más propenso a desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

Síndrome metabólico. Este trastorno, que incluye síntomas como presión arterial alta, niveles anormales de colesterol, nivel alto de azúcar en sangre y aumento de la circunferencia de la cintura, está vinculado con un mayor riesgo de cardiopatías.

Complicaciones con medicamentos y cirugías. La apnea obstructiva del sueño también genera problemas con algunos medicamentos y la anestesia general. Las personas con apnea del sueño tienen más probabilidades de sufrir complicaciones después de una cirugía mayor porque son propensas a los problemas respiratorios, especialmente cuando están sedadas y acostadas boca arriba. Antes de una cirugía, dile a tu médico que padeces apnea del sueño y cómo la tratas.

Problemas hepáticos. Las personas que padecen apnea del sueño son más propensas a obtener resultados anormales en los exámenes de función hepática; además, el hígado de estas personas tiende a mostrar señales de cirrosis (enfermedad por hígado graso no alcohólico).

Privación del sueño en los compañeros de cama. Los ronquidos fuertes pueden impedir que las personas que duermen cerca de ti descansen bien. Con frecuencia, las parejas de las personas que roncan se van a otra habitación o incluso a otro piso de la casa para poder dormir.


TRATAMIENTO



El tratamiento habitual de la apnea del sueño consiste en la asistencia a la respiración con una máquina llamada CEPAP, siglas que se corresponden a su denominación en inglés: Continuos Positive Airway Pressure (Presión Positiva Continúa en la Vía Aérea) que aumenta la presión del aire que introducimos por las fosas nasales venciendo así la resistencia de las paredes blandas o estrechas que la obstruyen.

MI EXPERIENCIA  PERSONAL

¿Cómo no comprender los ingresados en las UCI por covid en estos años pasados? Puedo imaginarlos con el pecho oprimido, boqueando como peces fuera del agua, tumbados boca abajo y conectados a los respiradores con una mascarilla nasal. En el año 2020, probablemente afectado por covid-19 experimenté problemas respiratorios importantes. Yo mismo (fui reprendido por ello) aumenté la presión del aparato subiéndola varios puntos: era eso o me axfisiaba. He vuelto a bajarla, pero no a los niveles iniciales. Finalmente (tras varias pruebas respiratorias y cardíacas, con resultados negativos, es posible que la causa no estuviera en el covid, sino en una alergia no diagnosticada a las arizónicas: rodean mi casa por los cuatro costados).  

Yo mismo, y pese a la CEPAP, malduermo por las noches. Me cuesta horrores bostezar (no logro quedar satisfecho pese a abrir la boca e inspirar profundamente); me desespera no poder rascarme la nariz (¿cómo es que pica más cuando no puedes hacerlo?) y, al separar unos segundos la mascarilla se escucha el soplido de la máquina haciendo que Charo, mi mujer, se despierte molesta. Eso cuando no se desacopla alguna de las partes, se aflojan las correas, el tubo se enreda o -lo que es peor- se desconecta de la corriente por una u otra razón; entonces la sensación de ahogo hace que te despiertes inmediatamente y te quites la mascarilla con urgencia para inspirar con una gran bocanada. 

Incluso la apnea influye en los sueños. Hace años que tengo sueños recurrentes sobre ahogos en contextos variados. Sueño que me estoy asfixiando en el interior de una gruta que se llena de agua sin poder escapar; que acabo enterrado bajo montones de tierra o piedras cuando recorro un estrecho pasadizo (suelen ser pequeñas toperas como cuando, de niño, jugábamos a recorrer pequeños e inseguros túneles entre la arena...), sueño incluso con tortura, con la horrible tortura de la toalla, la asfixia de la bolsa de plástico, la bañera...

Si padeces apnea tendrás, de por vida, una asidua acompañante. Se trata de la máquina que te insufla aire a presión (CEPAP). Habrás de llevarla en cada viaje, en cada traslado. No podrás pernoctar donde no haya electricidad para enchufarla; se acabó acampar al aire libre. Si eres aficionado a realizar rutas y senderos habrás de pernoctar en 
albergues con tomas eléctricas habilitadas y cargar con el maletín de transporte en la mochila o la bici. Afortunadamente cada día se fabrican más fiables y ligeras; pero una segunda unidad para estos menesteres (la unidad principal suele estar cubierta por el seguro) tendrás que pagarla de tu bolsillo. 

Por mi situación de maestro, atribuí al estrés del oficio, el llegar a casa muy cansado y abandonarme en el sofá sin fuerzas. He llegado a la conclusión de que la causa principal era la apnea. Incluso un posible accidente de coche por sueño al acudir al trabajo pudo estar provocado por ella. 

¿Qué hacer cuando tu compañero/a presenta los síntomas de esta enfermedad? Hay que insistir en que realice una polisonografía nocturna. Es frecuente que la personas sospechosa de padecerlo lo niegue o no lo de importancia; pero es necesario comprobar la existencia de esta enfermedad, las consecuencias pueden ser funestas. Por otra parte esta prueba es sumamente sencilla aunque algo aparatosa: una persona traeré hasta tu domicilio (hace tiempo que se prefiere realizarlas de forma domiciliaria y no en las unidades del sueño de los hospitales, como antiguamente) unos pequeños aparatos que medirán diversos factores de forma sincrónica: niveles de oxígeno en sangre (habrás de colocar un oxímetro en tu pulgar), flujo respiratorio (tendrás que dormir esa noche con mascarilla y un tubo conectado a un pequeño medidor), y un sensor cardíaco (para medir el pulso). Uno de los aparatos recoge también la posición del cuerpo. Todos esos datos quedan grabados y, tras recogerse al día siguiente, son graficados y analizados por un experto. La prueba determinará tu flujo respiratorio, la saturación de oxígeno en la sangre, el ritmo cardíaco y la posición corporal en cada momento. De ahí se extraen conclusiones como número de interrupciones, su duración, horario de las mismas, posición corporal en que son más frecuentes y alteraciones cardíacas que se producen por ellas. 
En mi caso hube repetir la prueba pues en la primera noche el tubo se soltó.
El médico pautará la necesidad o no de la máquina CEPAP, su nivel de potencia, su acople (mascarilla, oliva nasal, etc.), postura óptima para dormir (en mi caso, para evitar la posición "boca arriba" hube de coser una pelota de pingpong en el pijama, en la zona de la espalda) y el calendario de revisiones (habitualmente seis meses).
Advierto que no todo el mundo tolera esta presión desacostumbrada al respirar. En mi caso no fui capaz de utilizar la mascarilla más que algunos minutos en los primeros días. Me impedía dormir, me ahogaba, temía dormirme y no poder controlarla... Llegué a asegurar al médico que no me acostumbraría. El doctor me dijo con convicción que no había otro modo y que no usarla sería muy perjudicial. Finalmente me acostumbré. Para evitar obsesionarme con esa respiración extraña, que me obligaba a pensar constantemente en cada inspiración me fue de gran ayuda concentrarme en ver películas por TV; te distraen y, poco a poco, acabas regulando automáticamente tu ritmo respiratorio.


Tan sólo un pero. Tu pareja, durmiendo al lado, notará el leve zumbido de la máquina y te lo hará saber; pero será inevitable (gracias a Dios cada día la técnica reduce la molestia sonora en esas máquinas). Algunas otras incomodidades no serán difíciles de solventar. Eso sí: estrecharte con tu pareja resultará imposible; el aire a presión que se expulsa la máquina harán imposibles los abrazos.



COLOFÓN

Pese a la parafernalia de la máquina CEPAP, esta es la única manera de descansar correctamente que tenemos los afectados. La vida cambia de color cuando vuelves a sentirte descansado al levantarte. Mejorará tu ánimo, conducirás sin peligros añadidos; en definitiva: serás más feliz.

jueves, 20 de julio de 2023

Esos adultos malpensados...

"El ignorante juzga, el sabio pregunta" 


LOS HECHOS: Dibujos realizados en un cuaderno infantil de dibujo de primaria. 

Fantasmas en torno a una tabla Ouija.

Cebolla llorando mientras corta con un cuchillo a una persona.

El juicio apresurado

Ese niño presenta una personalidad psicopática: le encanta causar dolor a sus semejantes. 

La investigación

Posiblemente es lo contrario. Si los dibujos fueron a iniciativa propia y tema libre, se trataría de un niño con alta empatía que es capaz de ponerse en el papel de de otros seres invirtiendo los actores de acciones habituales. Con respecto al primer dibujo ¿No recuerda un poco a "Los otros", la película de Alejandro Amenábar.



   EL HECHO:  Durante la pandemia de Covid 19, un niño de E. Primaria enseñó este dibujo a su profesora.


 El juicio apresurado

Muchos habrán imaginado que es la evidente representación de un sexo anal.


La investigación

Preguntado por el dibujo el niño explicó que las medidas de higiene son muy importantes y hay que lavarse las manos a menudo en el lavabo. 



EL HECHO:  Dibujo espontáneo de una niña de E. Infantil de 5 años. 


El juicio apresurado

Una fijación fálica impropia de esa edad.

La investigación

Puesto que los padres fueron llamados por el director del centro para que fueran conscientes del hecho; exponemos la conversación mantenida posteriormente por los padres en su domicilio, a propósito del dibujo con su hija de cinco años:

PADRE: ¡Hola, cariño, cuéntame sobre esta foto que dibujaste hoy en la escuela!
HIJA: ¡Oh, me encanta ese! ¿Te gusta?
PADRE: ¡Sí! ¿Me puedes decir al respecto?
HIJA: ¡Lo dibujé en la clase de arte!
PADRE: ¡Bien! Entonces, dime qué estabas dibujando ...
HIJA: ¡Estábamos dibujando nuestras cosas favoritas!

(Las cejas de la madre se arquean. El padre frunce el ceño y, disimulando, hace como si examinara cuidadosamente la imagen.)

PADRE: Eso suena divertido. ¿Qué cosa favorita es este dibujo, cariño?
HIJA: ¡Papi...! ¡Ya sabes! ¡Es un panecillo sobre una mesa!

(La madre estalla en carcajadas)

PADRE: ¡Por ​​supuesto, cariño! ¡Gran trabajo! ¡Uf...!




EL HECHO: Anécdota verificada personalmente ocurrida en el CEPA (Escuela de adultos) del Centro Penitenciario de Alcalá-Meco en una de las clases cuando se comentaba un texto literario. La  profesora había realizado este dibujo en la pizarra para explicar el desarrollo del mismo. 

El juicio apresurado

Entre los pupitres se escucharon algunas risitas y la picardía se asomó al rostro de las alumnas, todas ellas mujeres de entre 20 y 50 años, . De lo que interpretaron da pistas que una intervino añadiendo entre risas: "¡Jo, profe, y encima tiene un piercing"


La investigación

Se trataba de un texto de "Industrias y andanzas de Alfanhuí" de Rafael Sánchez Ferlosio. Comenzaba así:

"Lo más importante del jardín era el pozo. Tenía un brocal de piedra verde y un arco de hierro forjado para la polea."

... La polea era de madera y chillaba como una golondrina. El cubo era también de madera, sujeto por aros de hierro, como las cubas, y pesaba mucho. El pozo era muy hondo y tenía un agua muy clara..."



EL HECHO: La maestra había pedido a los niños que dibujaran a su familia. 

El juicio apresurado

La maestra quedó sumamente preocupada cuando pensó que expresaba un deseo inconfesado de ahorcarlos a todos.

La investigación

El niño explicó que eran las últimas vacaciones que habían tenido en familia en las que todos estuvieron buceando.



EL HECHO: El padre examinaba el cuaderno de su hijo cuando se topó, sorprendido, con esta imagen. Fijó la vista en el dibujo. Esto es lo que vio.


El juicio apresurado

¡Dios mío! -pensó. ¿Han abusado de mi hijo?

La investigación

La inocente explicación llegó cuando desplazó la atención al resto del dibujo (Haz clic en la imagen para verlo).


jueves, 13 de julio de 2023

Sinécdoque

Es la sinécdoque una figura retórica que consiste en designar la parte por el todo o viceversa. Pertenece al grupo de figuras denominados tropos en donde hacemos uso de una palabra en sentido figurado (no en el normativo). Son tropos la alegoría, metáfora, metonimia, símbolo y sinécdoque.

Pues bien, hay una serie de sinécdoques muy frecuentes que no son usadas como figuras retóricas. Símplemente la parte se ha apoderado del todo hasta el punto de que mucha gente las confunde y acepta como el concepto mismo que sustituye. Estos ejemplos forman parte de mi particular experiencia.




El danone que fagocitó al yogur.

Ocurrió durante mi primer año como profesor en un colegio de Arganda del Rey (Madrid) en clase con alumnos del antiguo 7º de EGB (año 1980). Explicando el tema de los derivados lácteos y, puestos a poner ejemplos, saqué a relucir el caso del yogur, entre otros como el queso, la nata, etc. Invitados a añadir otros derivados uno de los alumnos propuso "el danone". Yo le hice ver que su respuesta era reiterativa: "El danone era una clase de yogur". Con gran sorpresa por mi parte, la clase al unísono protestó defendiendo que la leche fermentada de esa manera se llamaba "danone" y que yogur era una marca de danones... Nada puede hacer en ese momento, pues el grado de certeza les acercaba al motín. Solo en días sucesivos algunos alumnos, no todos, reconocieron que lo habían consultado y yo tenía razón. 


No tenemos edulcorante ¿le sirve "sacarina"?

Con una frecuencia preocupante, el 80% de las veces que pido edulcorante para mi cortado los camareros me miran con gesto de no haber entendido. Algunos, a los que les parece entender que no quiero azúcar, me sugieren: "¿Quiere sacarina?". 

Cansado de explicar que la sacarina es, precisamente, una clase de edulcorantes lo que hago ahora es responder (con cierta pedantería y retintín): "Me vale sacarina; y también puede ser aspartamo, esteviol, sorbitol, ciclamato... Cualquiera menos la glucosa". 

La verdad es que mi afán pedagógico le importa al camarero un pimiento y lo que suele hacer es mirar bajo el mostrador y ponerme un sobrecito más fino que el abultado sobre habitual de azúcar. Posiblemente piense ¡Cuanta complicación para decirme que no quiere engordar!


La perdida batalla de La Revoltosa por significarse.

Me gusta comer el menú del día. Es una opción muy completa, digna y -sobre todo- económica para comer en un restaurante y disfrutar del ritual de la comida compartida y servida sin más preocupaciones. Suelen incluir la bebida (cada vez menos, ahora la reducen a agua -gratis de todos modos, si así lo pides- una copa de vino o una caña de cerveza). Donde aún no regatean con el elemento más barato para el local (nunca entenderé por qué la bebida -que no exige preparación ni trabajo de elaboración y que, al por mayor, les sale muy barata es la más grabada en el precio) y debido a los gustos de mis acompañantes solemos pedir vino y gaseosa. Pero ¡cuantas veces, el camarero, toma nota mientras musita "... y vino y casera". Curiosamente, después nos trae una Revoltosa, o La Pitiusa... pero ya me he cansado de discutir por estos temas. 


Quiero un cola-cao

Claro que, si vamos con niños y toca desayunar o merendar, un clásico es pedir un batido, aunque normalmente y sin pensarlo pedimos "Un cola-cao". Luego nos pondrán el cacao en polvo que tengan, que suele ser el más barato. 



martes, 11 de julio de 2023

BBC

"Tienes voz de locutor" - me dice Rocío, la joven pareja de Diego. 

Éste, mientras conduce, vuelve la vista un momento hacia ella y lo confirma. Inmediatamente exclamo sorprendido: "Eso lo decís por condescendencia; mi voz no tiene mucho color: por no oír bien, no domino los matices que dan a la voz la textura y entonación que la hacen agradable".

Ellos insisten: "Tienes voz de locutor por como presentas los relatos, como conduces la conversación...". Ante este chute de autoestima, no puedo menos que agradecerles su apreciación (más bien su elogio) y les aseguro que me lo apunto en mi lista de desagravios a modo de antídoto contra la frecuente sensación que me invade últimamente; porque sí, creo que hay gente que me considera un muermo... 

Estoy de viaje con Diego y Rocío. Son dos viajeros en la tarde noche de  un domingo de julio desde Burgos a Guadalajara. Diego publica sus viajes en Bla Bla Car, donde tiene unas críticas excelentes (salvo una, en un total de 131; pero nunca llueve gusto de todos y esa es la excepción que confirma la regla). Viajo muy a gusto. Charlo de buena gana y cuento "mis batallitas" mientras ellos me escuchan con atención. Mis anfitriones hacen gala de una empatía formidable: escuchan, preguntan, se sorprenden, se interesan... y yo voy desgranando anécdotas y experiencias con sumo gusto hasta parecerme que abuso de su paciencia; sin embargo me aseguran que les encanta lo que cuento.  

Y así, pese a los atascos, el viaje se hace corto. 



He titulado esta entrada BBC y sé que muchos habrán llegado a ella por ser las  siglas de la conocida cadena de TV británica. La calidad de sus programas, y sobre todo sus documentales, la confieren un aura de respeto en el mundo audiovisual. Es por esta faceta didáctica que despliego a veces (deformación profesional que asoma inevitablemente a causa de mi perfil docente) y por coincidir sus siglas con la aplicación de viajes compartidos BlaBlaCar que la he titulado así. Al fin y al cabo ¿No tengo voz de locutor como afirmaron mis anfitriones?  

Es la segunda vez que utilizo este servicio. Tenía necesidad de viajar a Burgos para cuidar  unos días a mis ancianos padres. Estos viajes solía hacerlos conduciendo personalmente; pero una lesión ocular me lo impide en la actualidad; así que inicialmente tenía previsto utilizar transporte público. Sin embargo, desde Guadalajara, resulta engorroso hacerlo pues, en mi caso concreto, he de tomar tres autobuses con sus correspondientes paradas e intercambios. Se añade a esto que Burgos está en fiestas y apenas hay plazas en las líneas regulares. Cuando ya me conformaba con dedicar casi una jornada al trayecto se me ocurrió probar la plataforma  BlaBlaCar. Por lo que me contaban mis sobrinos, que la utilizan frecuentemente, resulta cómoda, barata y te da la oportunidad de conocer gente.   

Estreno, pues, la aplicación y... ¡sorpresa! aparece un viaje en la fecha deseada justo desde Cabanillas del Campo hasta Burgos con partida y llegada muy próxima a mis puntos de origen y destino particular. No puedo creer la suerte que tengo. Un poco receloso solicito a Alba, la joven conductora que aparece en la foto, su ofrecimiento de transporte. Alba tarda un poco en aceptar; pero, finalmente, me escribe por el chat de la aplicación explicando que no me confirmó nada por no estar segura de poder hacer el viaje el día fijado. Efectivamente, iba a anularlo retrasándolo para el día siguiente. Con todo tuvo la amabilidad de comunicarlo y proponerme que volviera a solicitarlo el día siguiente asegurándome que me aceptaría. Tras consultar a mi familia la incidencia, así lo hice. 

Efectivamente, Alba, me confirmó el servicio inmediatamente. Se lo agradecí sinceramente y pensé, preocupado, si no sería un acompañante molesto para una chica joven y guapa que se declaraba "música" y amante del "buen rollo". Tenía mis motivos. Aunque me gusta la música sufro hipoacusia desde hace 30 años y prácticamente he perdido el sentido de la entonación: desafino terriblemente. Interpreto mis karaokes en la más estricta intimidad y evito escuchar música que no haya escuchado en mi juventud, allá en los tiempos en que oía correctamente. Por otra parte, su gusto por el "buen rollo" que declaraba me hacía pensar en los problemas de comunicación que padezco debidos a mis dificultades auditivas: no daría la talla esperada. Bien es verdad que podría dedicarme a dormir durante el viaje; pero no me parecía educado cuando, en realidad, me estaría haciendo un gran favor: mi deber -consideraba- era entretener a quien me favorecía de tal modo. Así que, receloso, esperé a mi conductora en la gasolinera donde habíamos quedado. Cuando llegó y detuvo el coche para llenar el depósito, se dirigió inmediatamente a mí con amabilidad plantándome dos besos en la mejilla. Desarmando así mis iniciales temores hice con ella un viaje sumamente agradable plagado de conversaciones interesantísimas sobre el mundo de la música, los viajes y las respectivas ocupaciones. Alba es violista y, al comentarle que tenía una sobrina que también lo era, ató cabos y me preguntó si se llamaba Irene ¡resulta que se conocían y habían tocado juntas varias veces! Me faltó tiempo para poner un whatsapp a mi sobrina y contarle la extraordinaria coincidencia. Ambos confirmamos en nuestros mensajes lo maja y agradable que era esta persona. 

Pasé la semana en Burgos cuidando a mis padres ya mayores y enfermos. Mientras la ciudad se agitaba por las fiestas, mis hermanos y yo arrastrábamos dos sillas de ruedas por las accidentadas aceras burgalesas. Mis padres, de 95 y 100 años respectivamente, necesitan tantos cuidados que los cuatro hermanos que somos hacemos turnos para que siempre permanezcan dos personas al tanto cada día en casa. 

Cuando llegó el momento de volver había determinado utilizar de nuevo el servicio BBC que tan buen resultado me dio. Esta vez no encontré a la primera un viaje directo hasta Cabanillas; pero podía solicitar alguno hasta Alcalá, Torrejón o Coslada pues todos ellos están comunicados por cercanías con Guadalajara y los trenes son frecuentes. Alentado por la positiva experiencia anterior solicité plaza a una tal Carolina que me acercaría hasta la misma estación de Alcalá. Pagué y esperé confirmación. No tardó mucho en cancelar mi petición sin explicación alguna. Confieso que su rechazo me afectó un poco; no lo esperaba. Decidí probar la opción de alguien llamado Carlos, un "superdriver" que me dejaría en Coslada. Con sus excelentes referencias y su abultado currículum de conductor no pondría objeciones, pensé, en admitirme; pero de nuevo fui rechazado. Empecé a preocuparme y consideré la opción de viajar en autobús. Consulté los horarios y comprobé, alarmado, que prácticamente todas las líneas tenían el cupo de viajeros cubierto y los autobuses especiales fletados con motivo de las fiestas mostraban unos precios desorbitados. De nuevo, y apremiado por el tiempo solicité un viaje más; esta vez a Natalia que me llevaría hasta el mismo Guadalajara. Pronto la aplicación me comunicó su rechazo. Algo apurado probé con Ainhoa y, en esta ocasión, le escribí un mensaje para mostrar mi disposición y agradecimiento por anticipado. Ainhoa, aunque finalmente canceló su viaje, tuvo la deferencia de explicármelo por el chat y se lo agradecí. 

Desanimado, realicé un último intento mientras pensaba seriamente en que, quizá, debiera cambiar la foto del perfil. Era posible que reflejara un aspecto desagradable o generara desconfianza... Quizá también debería eliminar la profesión en mi información personal (lo de maestro puede echar para atrás a quién hubiera tenido malas experiencias escolares). También pudiera ser que mi edad, 65 años, desanimara a los jóvenes "drivers" que aparecían en la aplicación con fotos que delataban una envidiable lozanía... En esta ocasión me fijé en que, en el perfil del conductor, se explicaba que este casi nunca rechazaba a nadie. Pensé, "Si, sabiendo esto, este también me rechaza, mi autoestima se despeña por el barranco..." Pero Diego aceptó y concretamos la recogida sin problemas. Un gran favor me hizo, la verdad.

El viaje superó mis expectativas (ya elevadas de por sí, debido a las referencias del conductor que eran excelentes). He de hacer referencia a mis problemas de comunicación; padezco hipoacusia neurosensorial y mantener una conversación rutinaria, me resulta costoso. Tiendo a evitar esas situaciones en las que mi competencia  comunicativa es tan limitada; prefiero escribir. Las reuniones sociales, las fiestas, comidas o espectáculos ruidosos me alteran y dañan mi estima: evito el ágora y añoro la caverna.  Sin embargo; la pareja que me acompañó me hizo sentir bien.  En el pequeño ecosistema de su skoda octavia me encontré tan seguro que no tuve reparos en proponer y abordar cualquier tema de conversación. Debo dar las gracias a estas dos personas. No solo fue un excelente viaje, hubo también una parte terapéutica, un proceso de sanación que va más allá de la vulgar transacción económica para compensar la gasolina.  


Apéndice

Termino esta entrada mientras escucho una entrevista a Diego. Desde el programa "La Radiografía" en OID Radio, Diego responde a las preguntas de Patricia Prida sobre su libro publicado en 2016 "Claves laborales. Sociología y valores para el éxito". Sí, Diego ha escrito un libro y conoce el mundo de la radio pues ha sido entrevistado en ocasiones. Su opinión sobre mi perfil de locutor cobra así un valor añadido. Yo también he escrito algunos libros. Hay uno en particular que le pienso regalar: "Diario de Peregrinaciones", recopilación de anotaciones sobre varias peregrinaciones a Santiago de Compostela escrito a la limón con mi hermano Miguel Ángel. Diego y Rocía, declararon que piensan realizar el Camino de Santiago algún día; espero que este libro les sea útil. 

Y por el camino me entero que es posible que tengamos conocidos comunes, dado su perfil profesional. Espero tener la ocasión de comprobarlo algún día... Seguiré viajando en BBC y buscaré con interés sus viajes hasta Burgos. Retomaré la conversación con mi paisano en cuanto pueda: Nos vemos en el camino.    

sábado, 8 de julio de 2023

Relato verídico novelado: "El testimonio de la higuera"



Munur es una mujer turca. A sus 66 años, aún recuerda a su hermano Ahmet; desde su desaparición, en 1974, han pasado ya 40 largos años. Hasta su juventud vivieron en el pueblo de Taskent (Dohni) en el sur de la isla de Chipre, entre Limassol y Larnaca. Era un pueblo grande, con una población de unos 4.000 habitantes, mitad griegos, mitad turcos. En aquel año comenzaron los disturbios.

Los turcos lanzaron entonces la denominada "Operación Atila". El 20 de julio, en una operación aerotransportada con 1000 paracaidistas turcos y varias unidades de desembarco, se hacen con el norte de la isla. En la zona de Limassol, al sur de la isla y de mayoría grecochipriota, las comunidades turcas quedan aisladas entre sus convecinos. Munur cuenta que su hermano Ahmet optó por unirse a la Resistencia. El 14 de agosto la Fuerza Aérea Turca lanzó la segunda operación aerotransportada. Acto seguido, en el pueblo de Tashkent, los líderes de la organización grecochipriota EOKA ordenaron reunir a todos aquellos que tuvieran la edad suficiente para empuñar un arma. Los aldeanos de origen chipriota armados toman las calles; los hombres turcos, incluidos los niños, son detenidos a la vista de todos y reunidos en la escuela. De Ahmet, que había ido al huerto familiar de higueras a trabajar, se pierde la pista. Al día siguiente, varios autobuses llegan al pueblo. Sesenta y nueve de los recluidos son son obligados a montar en ellos con destino desconocido. Los jefes de la milicia aseguran que serán conducidos a un campo de prisioneros; pero nada se vuelve a saber de ellos ni de otras muchas personas que fueron detenidas en diferentes pueblos de la isla.




Kallis era botánico. Aquel día de 2010, en una de sus expediciones forestales por una zona apartada y montañosa de la isla se había aproximado hasta la boca de una cueva. Curiosamente, dentro de aquella oquedad, iluminada por un hueco abierto en la roca en la parte superior, crecía una extraña higuera. Sorprendido, buscó la entrada de la cavidad por los alrededores. En el lugar, se explotaron hace décadas varias canteras y la roca había sido horadada en algunos puntos. Encontró finalmente la entrada de aquella caverna y avanzó hasta el lugar donde un boquete cenital vertía su luz sobre las verdes hojas de la higuera. Las examinó de cerca. Las especies de andolinigas no crecían en aquellos lugares. Alguien tenía que haberla llevado hasta allí y plantarla de forma deliberada. Pero... ¿Qué es esto? -se preguntó. Había descubierto un pequeño trozo de hueso, plano y alargado, alzándose como un pequeño mástil sobre la tierra junto al tronco. Tiró de él extrayéndolo del suelo y vio que se trataba de una costilla. Excavó en torno a su hallazgo y descubrió horrorizado numerosos trozos de costillas fragmentadas que parecían formar parte de una caja torácica humana. Alrededor del árbol aparecían semienterrados entre sus raíces otros huesos, incluso se advertía la inconfundible forma de una mandíbula. La higuera parecía haber sido plantada sobre un cadáver humano.



Uyum Vehit era un antropólogo comprometido. Pertenecía al Comité de Personas Desaparecidas que, desde 1981, buscaba bajo el auspicio de la ONU el destino de las más de 2000 personas que desaparecieron en aquel conflicto llamado "La cuestión chipriota". Su tarea en el Comité consistía en identificar los cuerpos encontrados en fosas y enterramientos mediante muestras de sangre de familiares, descripciones de sus rasgos y pertenencias que les acompañaban como la ropa o los objetos que portaban inmediatamente antes de desaparecer. Hoy, la policía le había llevado varias cajas encontradas en una cueva con los restos de tres esqueletos, varias prendas en regular estado, algunas monedas y un gran imperdible. Inmediatamente se puso a trabajar.



El Jefe de Policía y algunos trabajadores del pueblo de Pareklisha habían subido hasta la cueva conducido por Kallis una semana antes. A remolque, tras su jeep, traían también un pequeña retroexcavadora. Unas palas, cajas de cartón y una motosierra completaban el equipo. Ya sabían que tendrían un duro trabajo por delante en aquellos días. Comenzaron a excavar con cuidado en torno a la pequeña higuera. Colocaban en cajas de cartón cada hueso, cada tira de ropa que iban encontrando. Antes, señalaban con banderitas y etiquetas cada uno de los hallazgos y lo fotografiaban. Tuvieron que arrancar las raíces de la higuera atrapadas en la caja torácica de uno de los esqueletos. Llegaron a identificar tres cadáveres, uno de los cuales aún conservaba las ropas en buen estado. Mientras el equipo trabajaba, su jefe inspeccionaba el lugar. Había restos de escombros del techo repartidos en todo el área y el boquete superior parecía haberse venido abajo hacía décadas; sin embargo el grosor de la piedra hacía difícil un derrumbamiento casual. Examinando con atención el techo descubrió huellas de impactos de rocas en trayectoria ascendente. Estaba claro que dentro de la cueva se había producido una explosión que hizo que el techo se desplomara.

Por su parte, Kallis, dedicó los días siguientes a investigar el origen de aquella especie de andoliniga tan exótica en el lugar. En la zona no había árboles y ninguna de las canteras albergaba ejemplares así. No existía siquiera en las áreas cercanas. Luego comenzó a visitar diversas zonas de la isla, hablando con los lugareños que fueran propietarios de higueras de aquella especie. A todos les preguntaba si había desaparecido hacía años alguno de sus familiares. Alguien les habló de una familia del pueblo de Tashkent que tenía higueras así en su huerto y uno de cuyos miembros había desaparecido hacía cuatro décadas. Munur Hergune, invitó al botánico a un té mientras le contaba lo que ocurrió en el pueblo aquel fatídico en que desapareció su hermano.

Se tomaron muestras de ADN de la familia. Según los análisis realizados en los días siguientes, los cuerpos pertenecían a Ahmet Cemal y dos de sus amigos. Los miembros del comité se dieron cuenta de la asombrosa historia cuando la higuera les cayó en los ojos: el 15 de agosto de 1974, la semilla de un higo del huerto que Ahmet Cemal comió o se guardó brotó en el lugar donde fue enterrado después de ser asesinado. Años después, Kallis estaba obsesionado con eso, se había convertido en un árbol.

A la luz de este descubrimiento quedó claro el destino de aquellos 69 turcos apresados y obligados a montar en un autobús con destino desconocido. A partir de uno de los prisioneros, Suat Kafadar, que entonces tenía 19 años, los presos fueron fusilados y arrojados a una fosa común con una excavadora. dentro de la cantera. Suat, logró escapar de debajo de los cadáveres antes de que los de la EOKA volvieran para dinamitar la cavidad y así borrar las huellas de su crimen. Suat escapó ocultándose de todos hasta que llegó a su pueblo natal al cabo de una semana. Contó lo ocurrido pero no recordaba con precisión el lugar donde bajaron del autobús. Solo que era una zona montañosa con canteras...


EPÍLOGO



El 15 de agosto de 2014, en el 40 aniversario del evento, se llevó a cabo un funeral multitudinario en el pueblo de Tashkent. Tres años antes, 34 turcos, a cuyas fosas desconocidas se llegó excavando debajo de una higuera, fueron enterrados en el recién inaugurado Monumento a las víctimas de Taşkent en Kyrenia después de una prueba de ADN e identificación. Ziliha Uluboy, una de las psicólogas que estuvo apoyando a los familiares de los desaparecidos, dijo en aquellos momentos: "Hay personas aquí que nunca vieron a su padre y lo encontraron como un esqueleto por primera vez. Los vemos acariciar sus cráneos diciendo: "Papá".

jueves, 6 de julio de 2023

¿Lo compro o lo arreglo?


He vivido los tiempos en que las cosas se arreglaban. El coche solo iba al taller como último recurso y  las manos manchadas de grasa honraban al conductor detenido por una avería. Los juguetes tenían más vidas que los gatos. El costurero -bien provisto de botones y bobinas- era un elemento esencial en el armario.  En cada casa había una caja de herramientas bien provista y, en muchas, un pequeño tallercito.  La ropa vieja, tras su jubilación, tenían unas segunda vida como trapos y bayetas. La harina de trigo se prestaba para hacer de engrudo, la de almortas de masilla entre tableros; el aceite era también combustible del candil y podía llegar al grado de bronceador.  Los lápices se gastaban, la tinta de los bolis se consumía en su totalidad, los cuadernos se rellenaban hasta la última hoja (a veces hasta las pastas) y la basura y los desperdicios se aprovechaban para criar al chon en la pocilga que agradecía las escasas sobras de la comida. 

Los pañales no eran desechables, no existían las bolsas de plástico, las de papel tenían varias vidas y, en general, se usaban los sacos de tela y las cestas con usos infinitos. Cada tarro, cada botella vacía era un tesoro, se guardaban los tapones, las latas acababan su vida de maceteros, con las hojas secas hacíamos compost, los periódicos (además de usarse para encender la lumbre) serían para cucuruchos.

La comida era casera y a nadie se le ocurría comprar un pastel o un bizcocho si tenía un horno en casa. Las plantas ocupaban un lugar preferente en nuestra farmacopea y jamás se pagaba por un ramo de flores: ahí estaba el campo, salpicado de ejemplares sencillos y hermosos, como escaparte donde servirse uno mismo. 

Era la época del zurcido y el pegamento, de los zapatos remendados, del bricolaje y la artesanía, de la segunda vida de los objetos. El punto limpio estaba en un rincón del patio y los objetos allí depositados vivían una segunda o tercera vida antes de fallecer en la lumbre añadiendo con su último aliento una utilidad. 

Nada se tiraba y cada aparato, cada enser doméstico, en su ancianidad era respetado por su durabilidad, por su perseverancia...  Las tejas viejas estaban más valoradas por haber demostrado sus resistencia,  la ropa se heredaba y se lucía orgullosa de su historia compartida. Las herramientas servían a generaciones enteras y eran reparadas infinitas veces luciendo amputaciones, prótesis y reconstrucciones con dignidad. Viajábamos en el coche de toda la vida, lavábamos en la lavadora de la abuela, cosíamos con la máquina de coser que nos regalaron en nuestra juventud, nuestra vajillas era heterogénea pero estaba completa porque no había reparos en aceptar lo diferente, nacíamos en la misma cama que murió la abuela y su espíritu velaba nuestros sueños.

Huíamos del derroche: "Eres una estrozaora" -decía la abuela cuando observaba nuestra desidia en reciclar y reutilizar-. Recorríamos la casa para apagar las luces antes de acostarnos, cortábamos la comunicación cuando la llamada telefónica superaba los dos minutos, veíamos la tele a tiempo tasado y escuchar la radio era una actividad colectiva que, por supuesto, se hacía sin cascos -algo que nos hubiera parecido ridículo-. Nuestra alarma eran las campanadas de la iglesia y la puesta del sol nos decía la hora de volver a casa. 

 Ahora, en el siglo actual, en el tiempo de la obsolescencia programada, de comer a medias, de usar y tirar, de "no guardar trastos que me agobio"... En esta sociedad nuestra, la colmena ya no hace buena miel. Están muriendo las abejitas obreras y solo van quedando los zánganos.