jueves, 16 de agosto de 2018

Crónicas del verano: Animación


Me fascina la pareja encargada de la animación infantil, especialmente la joven, toda Andalucía hecha carne. Interacciona a la perfección con la chiquillería: reparte sonrisas, declara confianza con sus miradas, ofrece seguridad con mínimos gestos inconscientes, tranquiliza con leves caricias... Y los niños la reconocen y aceptan, la siguen entusiasmados como al viejo Hamelín. Después en la función infantil dirige sencillas coreografías que los niños aprenden con facilidad. Hasta consigue que se unan los mayores de buena gana al final. Y ella, todo movimiento y miradas y sonrisas... toma el micrófono brevemente para animar:
"¡Un, dos, tres:
música disjey!"
El gozoso público infantil, que ya se ha aprendido la consigna, la corea con entusiasmo.

Me quito el sombrero ante esta profesional que trabaja (casi podríamos decir que juega) de una forma tan natural. ¡Cuánto me recuerda las jóvenes maestras de Educación Infantil del cole! Le comento a Charo que en las nuevas oposiciones deberían incluir una prueba de animación que hay maestros y maestras muy sosos...

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