Estamos terminando la cena, sentados en una mesita del comedor al aire libre. En la mesa de al lado una pareja se levanta y se dirije a la cafetería. Poco después, somos nosotros los que acudimos a tomarnos un café y, de nuevo, nos sentamos por casualidad a su lado. El hombre viene con dos cafés y los posa en la mesa. La mujer coge el sobre del azúcar y le dice a su pareja: - Ya sabes que no tomo azúcar, que engorda, ¿por qué no has pedido sacarina? Yo me quedo asombrado, recuerdo que cenó un gran plato con muchas variedades calóricas del buffete, luego zampó un postre de chocolate y al final helado, un platito de chuches tipo dedos y gelatina. ¿Y ahora se pone controladora con el mínimo sobrecito de glucosa?
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