domingo, 25 de junio de 2017

Gente


Hay gente que viene a este mundo discretamente, que pasa de puntillas sobre el suelo de esta Tierra nuestra sin despertar el sueño de nadie...
Hay gente que, nada más nacer, monta un escándalo. Asalta la vida con las trompetas de Jericó desde el primer segundo de su aparición en escena. Avanza pisando fuerte y sus pasos hacen retemblar el planeta...
Hay gente que recién asoma parece que volara, que se suspendiera en el aire, que fijara su planta en el etéreo reino de las nubes...
Hay gente que, apenas ve la luz  parece que se esconde, que se oculta bajo las sábanas de la cuna, que fuera candidata desde el nacimiento a la vida eremítica, a la discreta vida coventual...

Hay gente que  camina por el mundo recorriendo los caminos trazados, hay gente que abre caminos nuevos. Hay gente que tiende la mano, hay otra gente siempre con las manos en los bolsillos. Hay gente que siempre fue joven, hay gente que siempre será vieja. Hay gente que es pueblo y hay generales. Hay gente sin nombre y otra que son solo nombres...

Hay gente, gente, gente...Hay siete millardos y medio de gente. Y cada uno pasamos por aquí. Un día se colapsarán el cielo y el infierno con tanta gente en puertas...

Yo levanto la cabeza y beso a mi mujer que acaba de llegar.  Quedo con  mis amigos. Veo pasar al vecino y le digo "Hola". Charlo a mis compañeros de trabajo. Llamo al anochecer a mi madre en la distancia sintiéndola cerca. Visito a mis familiares... Esa es mi gente. Ni puedo ni  necesito vivir con más. Pero respeto, gente diferente, vuestro derecho a vivir en el mismo planeta. Y, a veces, escucho vuestra llamada pidiendo ayuda.  ¿Y cómo responderé?. No sé. Hay gente para todo.

sábado, 24 de junio de 2017

¡Disfruté!


Hace dos días celebramos en mi centro (un CEPA en un centro penitenciario de mujeres) el Día de la Ciencia. Era la culminación de un proyecto esbozado al principio de curso y, en cuyo desarrollo me quedé prácticamente solo. Por unas u otras circunstancias ningún compañero más adaptó sus clases y sus tiempos para introducir actividades prácticas de tipo científico en la escasa y difícil actividad académica de nuestro centro.
La verdad es que resultaba extremadamente difícil realizar los pequeños experimentos, construir los sencillos aparatos, encontrar materiales, resolver los infinitos problemas que surgían… Un centro penitenciario no tiene aulas en exclusividad, ni puedes dejar objetos en ella pues todo debe estar guardado bajo llave, ni las alumnas pueden llevar a sus módulos materiales tan elementales como gomas, tijeras o alambre; los horarios están rigurosamente tasados, la asistencia es discontinua por la frecuentes llamadas y actividades de las reclusas… Una febril locura se apoderó de mí. Comprometido con el proyecto perseveré en el fin de que cada alumna realizara algún objeto científico relacionado con las diversas áreas del currículo. Desesperado, llegué al final del curso con los trabajos a medio terminar. Gracias a Dios, el día de gran la exposición en el polideportivo, la mayoría de los trabajos estaban listos. La exposición resultó magnífica y yo me sentí muy orgulloso al ver aquellas mujeres convictas explicar satisfechas a sus compañeras de otros cursos los aparatos que tenían entre manos.
Habíamos practicado una pequeña ingeniería. Pero la Gran Ingeniería, la más importante, trascendía aquellos objetos rústicamente fabricados: lo más hermoso fue el trabajo codo con codo de alumnas y profesor, la buena disposición, el agradecimiento, la -en algún caso recién estrenada- admiración por la ciencia, las responsabilidades que asumieron, el valor de la paciencia y la perseverancia, los conflictos resueltos…
Durante la exposición, apurado por coordinar todo aquel montaje, agotado por la atención dividida, colapsado por las continuas demandas en aquella actividad febril… mostraba una expresión cansada. Mis compañeros, dejando entonces de lado la indiferencia que mostraron con el proyecto, me felicitaron al acabar. Nuestra Jefe de Estudios me comentó: – Ha estado todo muy bien, genial. Pero si algún pero hubiera que ponerte, es que no veía que hubieras disfrutado.
– No te preocupes, -le repliqué- disfruté.

jueves, 22 de junio de 2017

Un cuento escribiré...


Escribiré el cuento de una obsesión en una espiral de papel...
Escribiré un cuento negro y opresivo sobre el ala de un murciélago...
Escribiré con tiza blanca un cuento infinito que rodee el patio del cole y su final muerda el principio como una serpiente encadenada...
Escribiré un cuento minúsculo, una sola frase, en un palillo con fina una aguja tan fina que solo se pueda leer con un ojo de cristal...
Escribiré una historia cotidiana en el mantel de papel del restaurante con pluma de palillos y tinta de café...
Escribiré un cuento con tu nombre sobre la arena mojada de la playa...
Escribiré el cuento de las sonrisas en un ala de mariposa y un cuento pesado y juguetón en el ala de una mosca...
Escribiré el cuento del sacrificio con las letras de la sopa que desprecias...
Escribiré un cuento viajero con la pluma de un pájaro...
Escribiré un cuento efímero con un palo en el estanque...
Escribiré un cuento largo y desgarrado en un rollo de papel higiénico...
Escribiré un cuento húmedo y helado en el vaho de los cristales...
Escribiré con sangre y en mi piel la historia de mi lucha y mi agonía.  

miércoles, 21 de junio de 2017

El Día Mágico


Llegó el Día Mágico. Hace miles de años que los druidas oficiaban el antiguo rito de bienvenida al primer rayo de sol que incidía sobre la Piedra Altar. Congregados en Stonehengue miles de habitantes del Paleolítico venidos de muchos poblados de los alrededores se reunían para recibir al sol en el día más largo del año. Ese mediodía el sol alcanzaría su punto más alto en el cenit y las sombras se acortarían como nunca, casi podría verse brillar el agua del fondo de algunos pozos. El Astro Rey llegaba reforzado día a día hasta iluminar la jornada más larga del año y, a partir de esta fecha, declinaría su vigor cediendo más y más momentos a la noche. Las hogueras encendidas al atardecer formarían parte del rito para vigorizar la cansada estrella que comenzaba a desfallecer a partir de entonces. Desde Inglaterra hasta México los ojos contemplarían al amanecer la primera saeta dorada viajando desde el horizonte por el camino sagrado que solo recorre ese día. Después se alzarían hora a hora siguiendo el arco de la colatitud hacia el carro dorado que recorre el firmamento.

Nuestra personal estrella, un infierno en llamas que en la distancia se torna amable, cruza la puerta de la nueva estación. Llegó el verano.


lunes, 19 de junio de 2017

Procrastinación


Tengo cosas que hacer. ¡Urgentes! Pero me da pereza... Son aburridas... No me siento con fuerzas...
¡Las dejaré para más tarde, cuando descanse un poco! Mientras me relajaré escribiendo un artículo en mi blog: ¡Esto sí que es divertido! Lo acabo enseguida y luego me pongo...

Pero debería ponerme a la tarea pendiente... se acaba el plazo... si la pospongo andaré apurado para terminarla... ¡No importa, me queda la noche! ¡Yo de noche trabajo estupendamente! Será lo mejor, porque es que ahora...

¿Ves?  El artículo va viento en popa: no hay nada mejor para inspirarse que sentir la presión de las cosas que hay que hacer y decidir hacer otras, es decir, hacer importante lo intrascendente. Me inspira tener una espada de Damocles sobre mi cabeza. 

Sin embargo debería decidirme y empezar... primero un paso, luego otro, y otro, y otro más... lo acabaría ¡seguro! y entonces podría volver a este artículo. Aliviaría esta tensión que siento, esta  presión en el estómago que me atenaza... ¡Vale, en un momento, ya casi termino el artículo!

El  artículo me está saliendo estupendamente ¿Por qué parar? No habrá problema.  Nunca lo hay. Aunque sea a trancas y barrancas siempre acabo mi trabajo. El último minuto es el más productivo. ¿No recuerdas aquella ocasión en que hiciste todo tu trabajo de prácticas en la última noche? Llegaste a la Escuela de Magisterio sin ducharte ni desayunar: pero lo entregaste !Y aprobaste!

Pero siento malestar. Mi conciencia me advierte de que no hago lo correcto. El sentimiento de culpa me persigue. Sí, juego con fuego con mi tiempo: ¡pero me gusta el estrés! El  peligro del plazo a punto de expirar me pone. 

Se está haciendo tarde. Tengo que terminar este artículo como sea y ponerme a la faena...

Pero estoy cansado, mejor me voy a dormir y mañana, descansado, lo resuelvo en un pis pas...

Aunque solo dormiré cinco horas y estaré hecho polvo...

Claro que ahora ya, tan tarde, cualquiera se pone... Mejor lo dejo para mañana... 

domingo, 18 de junio de 2017

Lindos gatitos


Tengo Facebook. Tengo whatsapp. Tengo twiter. Tengo gatos virtuales para aburrir... Me llegan signos de la invasión felina:  han tomado la red. Parece como si un hacker gatuno hubiera inoculado miles de clones de amorosos mininos en los servidores hasta colapsarlos. 

Con esos ojos hipnóticos, con esa pupila rasgada, con ese pelaje mullido y suave, con sus sensuales revolcones, con sus tiernos maullidos...  captan para su causa a todos mis contactos. Y ayudados por estos nuevos prosélitos no cesan de acosarme entrando por la gatera informática, abriendo  una gateway en mi ordenador para su próxima invasión.

Mi alergia al pelo de gato se extiende ahora al ámbito virtual. Hace tiempo, mucho tiempo, como unos diez años; que vi mi primer vídeo de tiernos gatitos jugando. ¡Y me gustó! Pero aquello duró  lo que un maullido. Después he empezado a hartarme de felinocracia en la red. Primero acapararon las fotos y a mí no me importó porque  yo no las compraba; luego monopolizaron los muñecos de felpa, pero como yo no los uso, tampoco me importó;  más adelante sus clones invadieron las redes sociales pero como yo no los compartía tampoco me importó; finalmente invadieron mi whatssap pero como no abro los videos tampoco me importó. Ahora han abducido a mis amigos; pero ya es tarde para que pueda ayudarlos.

Pero no podrán conmigo: les conozco bien. Son ellos los que se mean en mi  puerta, los que defecan  en la hierba más fresca de mi jardín, los que aplastan mis flores para echarse una siestecita, los que escarban mis brotes para buscar lombrices, los que cazan  incautas palomas en el seto y las devoran en una orgía de plumas y sangre cuyos restos descubro escandalizado. Son ellos los que se pasean por el tejado levantando tejas para buscar nidos y provocando goteras en la casa, los que amontonan desperdicios en los canalones  junto a la pared del poniente, su solarium particular; los que pisan las lechugas y las cebollas del pequeño huerto de mis padres... Son los que entran en mi coche en las noches de verano por las ventanillas abiertas y duermen en el asiento de atrás llenándolo de pelos, los que  se pasean por el salpicadero pisando con su patita el interruptor de las luces de emergencia y provocando la descarga de la batería, son los que se esconden en invierno bajo el capó en los huecos que deja el motor y maullan lánguidamente cuando, tras arrancar el coche,  no pueden salir...Son los que me miran insolentes mientras pasean por mi tejado buscando pájaros y hacen caso omiso a mis gestos ostensibles de que les cortaré la cabeza en cuanto pueda...

No. No caeré las trampas seductoras de los pequeños mininos. Pero somos ya muy  pocos los que resistimos. La Humanidad entera está a punto de sucumbir.        


viernes, 16 de junio de 2017

El clavo que sobresale es el que recibe le martillazo.


Mi pequeño saltamontes: presta atención a la sabiduría de tu maestro Po:

"En el país del sol poniente pasa desapercibido, escurre el bulto.  Hazte piedra en la pedriza, roca en el roquedo, peña en el peñascal. Conviértete en guijarro en el lecho del río...  Procura no sobresalir,  jamás significarte, nunca destacar.. Prohíbete a ti mismo ser original, divergente, nadar a contracorriente... Ni raro ni precioso:  sé preciso, apunta al centro de la diana, no se te ocurra dirigirte al extrarradio. No sobresalgas del tablero. Recuerda: "el clavo que sobresale es el que recibe el martillazo"

miércoles, 14 de junio de 2017

Tapas literarias


Vale. Lo pillo. Mi blog está lleno de artículos largos. De acuerdo, lo arreglaré; me pongo a ello. Escribiré un blog de tapas. Nada de primero, segundo y postre: simples aperitivos. Unas pocas líneas, estéticamente presentadas, trufadas de glutamatos literarios y saborizantes estilísticos, dispersas por el mostrador del escritorio en platillos diminutos.
Buen acompañamiento para una cerveza, que es lo importante.
Buena excusa para para la cháchara, el cotilleo, la tontería; para la intrascendencia obligada si se quiere sobrevivir en el cutre ambiente de la taberna virtual.

lunes, 12 de junio de 2017

El legado


Soy  un acumulador. Almaceno cachivaches, apuntes, libros, folletos turísticos... Colecciono alguna que otra antigüedad, atesoro recuerdos, engroso una personal filmoteca, recopilo artículos, archivo rutas de senderismo... De mi garaje expulsé el coche y ahora lo habita un surtido de aparatos y piezas de objetos reciclados. Algo de síndrome de Diógenes tengo, peor no por conformarme precisamente con un tonel para vivir.

Hace poco estuve ayudando a vaciar un piso destinado al alquiler. Había sido la vivienda de un anciano matrimonio d durante décadas. En las paredes, sobre las repisas, encima de las mesas, en los cajones, dentro de los armarios se almacenaban los recuerdos de una vida entera. Recordatorios, souvenirs, fotografías, pequeños detalles... bolsas enteras llenamos con aquellos pedacitos de vida. A mí me parecía escandaloso aquel menosprecio a los tiempos pretéritos, aquel desdén por el pasado. Yo quería rescatar aquellos recuerdos, aquellos pedacitos de vida que uno conserva a veces por obligación, a veces por devoción; pero siempre con la etiqueta de "importantes". Ahora,  tras la muerte de uno de los dueños, la higiene física y psicológica exigía la limpieza y desafección de aquel patrimonio sentimental.

Yo me pregunté por mis cosas y su futuro. Mi legado, no lo dudo, no interesará a nadie. Su futuro está en el lecho de un contenedor de residuos. Mi herencia sentimental,  cultural, personal no interesan a nadie; más bien estorban.  Será una vida para echar a la basura.

O quizás sí. Yo mismo sé que, a veces, me sumerjo en una biografía ajena haciendo arqueología de vivencias,  sentimientos y recuerdos. Todas la vidas tienen un valor, hasta las aparentemente anodinas.  Todas dejan un legado, a veces tropezamos con él y nos sorprendemos por su valor. Yo, por  si acaso,  vo voy dejando por ahí, dejo mi legado... ¿Quién sabe?


domingo, 11 de junio de 2017

Sobre genes, pulsiones sexuales y Quaalude

El médico holandés Jan Karbaat director de una clínica de fertilidad, inoculó su propio esperma (literalmente) a más de 60 mujeres sin su permiso. Esa figura de autoridad, sobre la que no existía indicio alguno de sospecha, embarazó sin su consentimiento a decenas de mujeres con hijos suyos (y lo hizo asegurando que tenían suerte pues se consideraba "sano y listo" y era un excelente partido por sus cualidades como progenitor, por lo que debía legar la mayor cantidad de sus genes al mundo)
Roman Polansky, uno de los directores más brillantes e inteligentes que conozco, forzó bajo el efecto del alcohol a la adolescente de 13 años Samantha Geimer sigue sin poder pisar EEUU desde hace cuarenta años por la demanda por violación interpuesta por la joven. Polansky, tras una sesión de fotos, le dio champán y un Quaalude [una droga con los efectos de un barbitúrico]. Se emborrachó y abusó de ella en el estudio.

El escritor más popular de España en los años setenta, el autor de novelas  inolvidables para jóvenes José Luis Martín Vigil, cuyos libros devoraba en mi juventud (y con cuyas protagonistas mantuve amores platónicos); el sacerdote cuyos sermones amplificados por altavoces congregaban en Salamanca muchedumbres ante la iglesias llenando los templos y calles aledañas... murió el 11 de febrero de 2011   olvidado por todos y,  cuando por fin alguien se decidió a recordarlo un año después,  salieron a relucir con gran sorpresa para mí, uno de sus más fieles seguidores, sus tendencias homosexuales y sus probadas prácticas pedófilas.

Un célebre y admirado cómico estadounidense, por más señas de color, protagonista de éxito durante ocho años del serial "El show de Bill Cosby", violó mediante sedacción (¡Con Quaalude, cómo no!) a más de   cuarenta mujeres si hacemos caso de la lista de víctimas que aseguran haber sido violentadas mediante la ingestión de esas conocidas pastillas azules. La noticia de un envejecido Cosby, torpe y casi ciego, ante el juez se ha publicado en los periódicos de todo el mundo. Incluso News Republic, el servidor de noticias de mi móvil, le dedica varios pantallazos. Su paso apesadumbrado y triste (acompañado fielmente eso sí, por la actriz Keshia Knight que hacía de su hija pequeña en la serie familiar) provocan sentimientos encontrados: desde la sorpresa inicial, pasando por la repugnancia y terminando por la pena. Su reconocimiento, en parte obligado por la evidencia de las pruebas, le honra: "Soy una persona enferma", llega a declarar a la madre de la demandante....

Hoy, poco antes de partir de vuela de casa de mis padres descubrí en la estantería un libro firmado por "Bill Cosby". La Caja de Ahorros del Círculo Católico regaló en alguna ocasión a sus suscriptores  el libro "Ser padre" escrito por el actor. Produce escalofríos comprobar que una persona doctorada en educación, alguien al que pusiste por modelo en tantas ocasiones y cuya vida en la pantalla era un ejemplo en mi generación resultara un pervertido y encima escribiera libros directamente relacionados con la educación y  la familia.Y, supongo,  más sorprendido habrá quedado el  responsable de la católica entidad que propuso este "regalo envenenado".

Leo la dedicatoria. Leo la introducción del conocido psiquiatra  Dr. Alvin F. Poussaint (¿Cómo no descubriste al monstruo, doctor? Tú, que te dedicas a cazarlos y tratarlos...) . Leo hasta la página 13; habla de la dulce insensatez de ser  padres y detalla los resultados de su particular "Encuesta Cosby" recopilados en su numerosos sohws. En ella da cuenta de las diversas respuestas que dan los padres a "¿Por qué ha tenido usted hijos si todas sus restantes acciones  han sido siempre racionales?. Cosby destaca la más inteligente, la que le contestó una mujer madre de seis hijos. Ella, elocuentemente  había respondido: "Porque siempre me quedaba dormida" Quizás esto le dio una idea.

martes, 6 de junio de 2017

El precio de un comentario


He repasado mi lista de artículos publicados y se van acercando a la docena. Me ha extrañado la total ausencia de comentarios. He reflexionado sobre ello. Puedo pensar que son tan malos que a nadie le apetezca comentarlos. Acaso sean muy largos y muy pocos terminen su lectura o lo hagan tan cansados que ya no les apetezca escribir siquiera un breve comentario. Es posible que su redacción  adolezca de la maestría necesaria para enganchar al lector. Entiendo también que que el blog está en sus inicios y sea poco conocido. Estimó, además, que los temas tratados quizás no sean del interés del lector... Pero aún así me extraña este vacío de opiniones, así que intentaré analizar las causas de esta sequía participativa.

Está claro que muchos lectores y escritores de bogs utilizan los mismos como una especie de red social. Por lo tanto realizan publicaciones cortas y frecuentes, a menudo de carácter intrascendente y fidelizando comentaristas a base de participar a su vez en los blogs de los participantes. Suelen dejar comentarios cortos, en tono de broma, y terminando con  un saludo o emoticón.

Están también los que tienen una amplia red de conocidos y, en razón de su amistad,  se esfuerzan en visitar sus creaciones y dejar constancia de su paso.

Resulta  muy efectivo (y educado) contestar sistemáticamente a todos cuantos publiquen agradeciendo su participación o comentándola a su vez.

Hay blogs de artículos periódicos, semanales o quincenales, que no se diferencias de los capítulos de un libro. De hecho, muchos acaban  publicándolos recopilados en ediciones en papel (mis blogs aspiran a llegar a este grado de perfección). Si el editor del mismo es persona de reconocido juicio y prestigio suelen tener del orden de treinta o cuarenta comentarios y todos de alta calidad. Estos artículos podrían formar parte meritoriamente de la edición de cualquier periódico. Soy asiduo de algunos de ellos y participo activamente como comentarista. Los comentarios aquí suelen ser extensos y cuidados. Podrían ser, por sí solos, artículos completos.

 Hay autores  que se ganan, poco a poco, su cartera de seguidores y comentaristas. Esto ocurre cuando los temas les resultan  especialmente interesantes o el  escritor escribe tan bien que consigue agradar y sorprender día a día a sus seguidores. Los comentarios sueles ser aquí sentidos y entusiastas.  

También hay blogs especializados que satisfacen las curiosidades concretas de ciertos grupos. Aquí los protagonistas suelen conocerse y usar incluso un lenguaje técnico que no está al alcance de todos...

En fin, con  un gran mazazo a mi autoestima editora, he de reconocer que mi blog no funciona en absoluto como una  red social, ni tengo una gran lista de conocidos ni tampoco demasiados amigos. También es verdad que no siempre contesto a mis interlocutores ni lo hago con inmediatez (intentaré corregirlo en adelante). Además sé que intento hacer artículos "con chicha", pero no siempre lo consigo. Por otra parte mi blog, casi recién nacido, no ha tenido aún tiempo de fidelizar amistades y conocidos. Tampoco soy autor de temas específicos, sino de un amplio abanico de contenidos.

Y, sin embargo, no pienso cambiar mi forma de publicar. No pagaré el precio de la popularidad a costa de la  autenticidad. Yo soy así, tan raro como escasos son los comentarios que se me hacen. Los comentarios se venden caros... ya lo sé; pero seguro que es porque son producto de calidad.    

sábado, 3 de junio de 2017

No me gusta el fútbol


¿Qué es el fútbol?
Para nuestra RAE fútbol o futbol es un ‘Deporte de equipo que se juega con un balón que no puede tocarse con la mano ni los brazos’.
Sí, yo de pequeño estaba de acuerdo con esta definición: era un deporte que se jugaba casi en cualquier parte, se practicaba en equipos variables, tenía unas normas sencillas, jugábamos intensamente nuestros pequeños campeonatos... y nos gustaba con locura.
Pero los años vividos me han mostrado la cara oculta de este deporte: los sueldos escandalosos, las efímeras fidelidades de los futbolistas a sus clubes, los delitos fiscales sin fin de sus adoradas figuras, el tribalismo de sus aficiones, el gamberrismo de sus ultras, la deformación monstruosa de muchos padres que llevan a sus hijos a esta actividad, la politización del juego, la insoportable egolatría de las aficiones ganadoras, el acaparamiento de noticiarios con intrascendencias futboleras, los egos desatados de sus estrellas, sus declaraciones torpes y estereotipadas, su nefasta influencia en nuestros hijos, su desorbitada capitalización y, muchas veces, su insufrible aburrimiento. 

En fin, dejo de escribir y me voy al patio a pegar unas patadas a la pelota. Pero a eso ya no se le llama fútbol...

El Miedo Ambiente


La primera plana de los periódicos de hoy, y las portadas de los telediarios, nos sorprenden con el rechazo generalizado a nivel mundial y la fuerte oposición interna  en muchas ciudades de su país a la decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo sobre el clima firmado en París por 195 países.

La obcecación de este errático mandatario y su falta de sensibilidad con el Medio Ambiente hace que mi incurable dislexia me haga leer "Miedo Ambiente" cuando me fijo en los titulares. ¡Y es que Miedo me dan las decisiones de este presidente y su manifiesta chulería y desconsideración con todo el orbe a excepción de sus votantes (por ahora)!

"Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos muchos". La actitud de este personaje me lleva a equipararlo con un genocida inconsciente (si lo piensas bien no exagero un ápice), con un interesado incendiario de bosques,  con un troll del planeta.

Veo un negro futuro para el Medio Ambiente. Veo en el presente un negro Miedo Ambiente. ¿Es mi dislexia o mi proceso lector ha realizado por su cuenta una inversión literal premonitoria?

Un poco de cuidado, por favor

Lo siento. Confieso que no soporto los errores por descuido o desidia, las faltas ortográficas de escándalo, la ignorancia mostrada impúdicamente en los espacios públicos, en internet, en las conversaciones... ¡Un poco de  respeto, por favor!

Estoy indignado con los carteles disortográficos, por ejemplo. Y os pongo un ejemplo que acabo de encontrar ahora mismo.



Tal es así que, que me gustaría que el genio del cartel aprendiera un poco de ortografía. Yo le regalaría, con la mejor de las intenciones, mis cinco deseos; los cinco para él:

1º Deseo que no te comas los artículos, Genio de la lámpara (Vamos, que no es un "género de lámparas", es decir un "genio lamparero"; sino el genio de "la lámpara", ya determinada y que todos conocemos, de las Mil y Una Noches).
2º Deseo que aprendas la más fácil regla de acentuación: la de las palabras esdrújulas (todas llevan tilde: "lámpara")
3º Deseo que aprendas a poner un punto al final de cada frase para que la siguiente palabra pueda lleva mayúscula como es preceptivo: "Soy el Genio de la Lámpara. Te concederé cinco deseos..."
4º Deseo que aprendas que las agudas acabadas en vocal llevan tilde: "concederé"
5º Deseo que aprendas a distinguir el si conjunción del adverbio afirmativo que se escribe con tilde (copia, para repasar  tranquilamente en tu lámpara durante algunos milenios, las normas del uso de la tilde diacrítica)

Y, ya puestos, busco en mis carpetas de fotos curiosas una instantánea que tomé en el bar de mi barrio, en Burgos:
Me quedé pasmado al comprobar que mis conocimientos sobre fracciones, por lo visto, habían quedado obsoletos: la media  pizza a aumentaba en 1/8 lo que percibía con mis cansados ojos. Ya sé que "el ojo del amo engorda el caballo", por lo que supongo que el ojo del camarero, evidentemente,  engorda la pizza que sirve. Pensé en aplicarme el cuento y pagar "mostrando cuatro monedas de euro y una de cincuenta céntimos, pero entregando solo las monedas de euro"; pero ¿entendería el gesto?...  Ya no son tiempos estos en que la gente  reaccionaría como  en el famoso cuento de "el precio del humo". Creo que me ganaría "media bofetada" ¡y gratis!   

Y como colofón, os muestro la foto del cartel de la funeraria de un pueblo cercano al que suelo visitar en vacaciones. Solo con verlo dan ganas de decir "¡Tierra trágame!"; pero, por favor, no en ese cementerio


  

jueves, 1 de junio de 2017

Sonrisa de burro


Hay sonrisas, la mayoría de las que se producen fuera de cámara; que compran voluntades, obran milagros, alegran el alma... Pero hay otras (las fingidas, las estudiadas, las obligadas) que me provocan hartazgo. Sin embargo, ante algunas fotos en que aparezco con el gesto serio, pensativo me piden que sonría. Hay tanta presión que me pongo a la contra. ¿Por qué no sonríes en las fotos?, me  preguntan. - Pues porque no me apetece sonreír a un teléfono sujeto en un palo;  porque estaba haciendo otra cosa y me interrumpes para "posar", porque no necesito vender mi presencia, impresionar a nadie, publicitar una falsa alegría,  mostrar dientes de Pantoja,  porque no hay que sonreír por todo,  porque las mejores sonrisas -las geniales, las de Mona Lisa- son apenas perceptibles, son discretas y misteriosas. Porque una foto es para mostrar como soy o lo que hago y no para representar cómo me gustaría que me vieran... Porque te empeñas demasiado en que lo haga y soy el espíritu de la contradicción y... ¡por me da la gana!
No me gusta poner sonrisa de burro, adelantar los dientes y retraer las comisuras de los labios...  me parece estar preparando al rebuzno.

¿Es sincera tu sonrisa? Dicen los expertos que para que así sea deben aparecer arrugas en la piel que rodea los ojos... si no será una pose.

Sonreír es gratis, me dices. Pero... ¿sabes la cantidad de músculos que entran en acción en cada sonrisa?
Interevienen por duplicado: el músculo elevador del ángulo de la boca, el músculo elevador del labio superior, el orbicular de los ojos, el risorio, el cigomático mayor y el cigomático menor: ¡doce músculos en total! No, no es gratis (os hago una magnánima concesión:  fruncir el ceño, aún es más costoso: 13 músculos en total, por lo que puestos en la obligación de elegir...).

No pasa nada por estar serio. La persona más seria que he conocido en mi vida era precisamente un sevillano. Sonaba extraño aquel acento andaluz acompañado de un gesto sombrío; pero era la mejor persona de todo el campamento de Viator en Almería, donde cumplíamos el servicio militar.  Yo valoraba en aquella persona su naturalidad. La verdad estaba  un poco harto del gracejo inacabable de sus paisanos.

¿Y sabes una cosa? Ahora mismo, mientras termino de escribir esto... sonrío. Pero mira, ¡qué mala suerte!, no tienes ninguna cámara a mano para aprovechar la ocasión.