El niño del bólido circula por los pasillos de la cafetería junto a las mesas a velocidad diabólica. Nadie del personal del hotel quiere fijarse, pero yo me preocupo...¿y si se lleva por delante a alguno de los niños de 2 ó 3 años que corretean jugando a alejarse de sus papás? ¿Y si chocan con alguna persona mayor o alguien impedido de los varios que usan silla de ruedas en el hotel? La verdad es que el jovenzuelo (y temerario) piloto conduce de maravilla manejando con precisión las palancas laterales del bólido, pero... ¿cómo podría evitar un choque al pie de una de las escaleras o en la boca de algún pasillo o a la salida de alguna puerta? No quiero pensar en el susto (lo mínimo) de alguien que es atropellado por la espalda o que resulta pisado por las veloces ruedas.
Un par de minutos después, tras recorrer el improvisado circuito como una exhalación, se frena ante la puerta que da a la piscina y recoge en un pis-pas su sofisticado triciclo. Pliega las palancas y lo lleva, arrastrando como si fuera una maleta con ruedas, hacia la zona de las hamacas donde le esperan sus padres. Posiblemente alguien le ha recriminado el libertinaje de su conducta y vaya a quejarse a sus padres. Estos le pedirán que no lo use dentro del hotel:
- No uses el hoverkart allí dentro, hijo, que hay mucho intolerante...
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