domingo, 19 de noviembre de 2017

El Camino Santiaguista de Uclés. Introducción.


Entre los muchos caminos a Santiago hay uno tan original que va a contracorriente, que en vez de dirigirse hacia la ciudad compostelana se aleja en dirección a un monumental monasterio situado en el corazón de la meseta. Pero pongámonos en antecedentes.

Santiago el Mayor, apostol.  Al morir Jesucristo, el apóstol Santiago el Mayor partió hacia Hispania (actual península ibérica). Su objetivo era evangelizar la península. Según la tradición medieval, desembarcó en la actual dársena del apóstol, en Cartagena (Murcia). Hasta llegar a Compostela, debió atravesar multitud de localidades, por las que iba predicando las enseñanzas cristianas. Uclés, una antigua fortificación árabe, fue convertida en monasterio tras la Reconquista. En 1174, el rey de Castilla Alfonso VIII lo donó a los caballeros de la Orden de Santiago, que trazaron un camino que les conectaba con Santiago a través de los vestigios que dejó el apóstol.
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La Orden de Santiago es una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el Reino de León. Debe su nombre al patrón de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y expulsar a los musulmanes de la península ibérica. En sus orígenes encontramos a los llamados Fratres de Cáceres, una orden religiosa y militar que se crea tras la reconquista a los musulmanes de la ciudad de Cáceres en 1169 por el rey Fernando II de León. Más tarde estos "fratres" serían conocidos como Hermanos de la Espada y posteriormente como Caballeros de la Orden del Señor Santiago), que a la postre serían la semilla de la que nacería la Orden de Santiago. Según relata la bula fundacional, estos caballeros, arrepentidos de la vida licenciosa que hasta entonces habían llevado, se habían unido bajo unos mismos Estatutos y decidieron formar una congregación para defender a los peregrinos que visitaban el sepulcro de Santiago Apóstol en Galicia y para guardar las fronteras de Extremadura.
Los Caballeros de Santiago llegaron a tener posesiones en los diferentes reinos de la península ibérica: León, Castilla, Aragón y Portugal; pero Fernando II de León y Alfonso VIII de Castilla ponían la condición de que la sede de la Orden debía estar en sus respectivos estados: en San Marcos de León y Uclés. De ahí surgió un largo conflicto que solo terminó cuando, en1230, Fernando III el Santo, unió ambas coronas. Desde entonces, Uclés, en la provincia de Cuenca, es considerada como la sede de la Orden, Caput ordinis. En Uclés se hallaba el monasterio donde el gran maestre de la Orden residía habitualmente, este monasterio fue derruido en el siglo XVI para construir el actual monasterio que comenzó a construirse en 1529 y se terminó en 1735.
La rápida propagación de la Orden se debió a que su Regla era menos rígida que las de las demás órdenes (es la única orden militar cuyos caballeros podían casarse), eclipsando a las más antiguas de Calatrava y Alcántara. Su gran poder fue reputado en el extranjero incluso antes de 1200. La Orden de Santiago por sí sola tenía más posesiones que las órdenes de Calatrava y Alcántara juntas. En España, estos bienes incluían 83 encomiendas, de las cuales 3 fueron reservadas a los grandes comendadores, dos ciudades, 178 condados y aldeas, 200 parroquias, cinco hospitales, cinco conventos y la Universidad de Salamanca. Los caballeros eran entonces 400 y se podían reunir más de 1000lanzas. Tenían posesiones en Portugal, Francia, Italia, Hungría e incluso Palestina.
Con el paso del tiempo y la finalización o ralentización de la Reconquista, la Orden de Santiago se vio implicada en las luchas internas de la Corona de Castilla. Al mismo tiempo, los inmensos bienes de la Orden la obligaron muchas veces a sostener las encontradas pretensiones de la Corona. El título conllevaba gran poder, tanto territorial (se podía ir desde Uclés a Portugal sin pisar fuera de los territorios de la Orden) como económico (el maestre de la Orden llegó a obtener una renta anual de 64 000 florines de oro).
Desde el s. XVII ser miembro de la Orden de Santiago formaba parte de las aspiraciones más codiciadas por las ambiciones de cualquier caballero que se preciara, por lo que el ingreso en esta Orden tan elitista no era una tarea sencilla. Dos artistas muy conocidos de ese siglo como fueron Diego Velázquez y Francisco de  Quevedo fueron miembros de la orden. Posteriormente son muchísimos los prohombres que lucieron en su pecho esta hermosa cruz. 

  



 Así que tiene sentido peregrinar, a la inversa, desde la Iglesia de Santiago y San Juan, cercana al Palacio Real, en Madrid hasta el Monasterio de la Orden de Santiago. Y se carga de mayor sentido aún, si por el camino, conocemos la magnífica rivera del Manzanares con los modernos paseos de Madrid Río y el protegido entorno del Parque Lineal del Manzanares, además de unos parajes naturales sorprendentes hasta Rivas. Si añadimos, aún sin salir de Madrid, una cuidada vía verde siguiendo el trazado del antiguo Tren de Arganda hasta Carabaña, un  paseo por el firme reformado del mítico tren de los 40 días hasta Más allá de Estremera no se puede desperdiciar una ocasión así. Aún hay más, desde Estremera conoceremos parte de la Alta Mancha conquense hasta Ulcés donde nos espera un monasterio de increíble riqueza y ecléctica arquitectura combinado estilo plateresco, herreriano y churrigueresco. Todo ello en un paraje impresionante.

Que a hoy en día nadie se le hubiera percatado de ello concede especial mérito al creador de esta ruta, Manuel Rossi, que en 2010 se propuso recuperar la tradición y la historia de una vía ancestral de peregrinación y lo ha conseguido.

Manuel Rossi, el creador de la ruta. Desde su infancia zamorana en el pueblo de Sanzoles, M. Rossi recuerda el paso de peregrinos desde su casa, al lado de uno de los ramales del camino de Santiago por la ruta de la Plata. Esta circunstancia le ha unido estrechamente con las peregrinaciones a Santiago. A lo largo de su vida ha recorrido miles de kilómetros por España, Portugal, Francia e Italia. En 2010, se propuso hacer un viaje  andando desde Madrid a Caravaca dela Cruz (Murcia). En una de sus paradas, en la iglesia de Horcajo de Santiago, conoció al padre Julián que le habló durante la cena en su casa del Monasterio de Uclés, el más importante dedicado a Santiago después del santuario de Compostela, y de una antigua ruta que enlazaba el monasterio con los otros caminos del Santo. Manuel se interesó por el asunto y, tras un año de investigación, logró recrear el trazado que concectaba Uclés (Cuenca) con Madrid a través de 144 kilómetros y 12 posibles paradas. Fueron muchos meses buceando en los planos parcelarios del Ministerio de Fomento, estudiando el paso seguro de autovías, esperando que se completara el desarrollo de Madrid Río... al final pudo inaugurar el trazado en abril de 2011 recuperando un camino olvidado de más de nueve siglos de antigüedad. "Es lo más parecido al camino original. Las rutas medievales están hoy sepultadas bajo las autovías, por lo que tuve que hacer modificaciones" - declara.

Aunque para la marcas con señales los caminos no tuvo demasiados problemas, el paso por los municipios debía contar con la autorización de los ayuntamientos. “Al principio algunos nos permitieron ponerlos con incredulidad porque no iba a pasar nadie por allí. Como lo hacía con mi dinero, me dejaron”. eN En los últimos años el aumento del paso de peregrinos convenció a los alcaldes de la viabilidad del proyecto y empezaron a vincularse: creación de albergues, aporte de materiales y mano de obra en algunos casos, asistencia municipal a los peregrinos necesitados.... Muchos ayuntamientos miran el camino hoy como una forma de mejorar el turismo en zonas pequeñas y poco conocidas. Los negocios se benefician de la llegada de estos visitantes y comienzan a tenerlo en cuenta a la hora de mejorar su oferta: «Paran en el bar para tomarse un café. Aún no son muchos, pero a veces les hacemos algún descuento», comentan desde el restaurante y pensión La Peseta, en Barajas de Melo. Algunos alcaldes ven en este tipo de turismo rural y ecológico una oportunidad: «Es un camino pequeño, pero tiene mucho potencial. Estamos apostando por ello. Vamos a abrir un albergue para acoger a más personas», explica José Carlos Villalvilla , alcalde de la localidad madrileña de Estremera: «Aunque en invierno pasa menos gente, en verano sí se nota la afluencia».

Se ha creado la Asociación de Amigos del Camino de Uclés que no cuenta con subvención alguna y se nutre de donativos de peregrinos, donaciones particulares y del dinero cobrado por las credenciales. «Cada vez se va difundiendo más, aunque tampoco necesitamos que sea masivo, sin Rossi este proyecto se hubiera venido abajo», significa la historiadora Ana María Gálvez, concejal del Ayuntamiento de Uclés y miembro de la asociación cultural Urcela, que recuerda como en muchos momentos de su historia, como la Edad Media, esta villa conquense atendió ya a gente necesitada y a peregrinos. Actualmente la asociación cultural de Paracuellos del Jarama (Madrid) y la mencionada Urcela han presentado una nueva iniciativa a sus ayuntamientos para hermanarse con la intención de seguir uniendo puntos de la Orden de Santiago, en el caso de la citada localidad madrileña el Castillo de Malsobaco. Este posible nuevo camino podría compartir en parte el itinerario del ya existente Camino de Uclés.

Guiado por el padre Julián, Manuel Rossi comenzó a estudiar cada papel que caía en sus manos sobre esta vía ancestral de peregrinación. A través de unminucioso análisis de escritos de la época, Rossi fue trazando el camino original que discurre entre la Iglesia de Santiago en Madrid hasta Uclés. Analizando la historia, señala que Ramón Menéndez Pidal, especialista en la Edad Media española, en sus cuadernos de apuntes ya lo mencionaba. Las vías antiguamente no estaban señaladas, cada peregrino iba por donde podía. «He intentado marcar el Camino de Uclés por la senda que seguían los caballeros de la Orden, pero estos caminos se encuentran sepultados por carreteras como la de Valencia».

De manera entusiasta y obsesiva (“Mi mujer me ha dado algún que otro ultimátum”, bromea), Rossi ha gastasdo más de 6000 e su propio bolsillo y miles de horas en poner a punto el camino y en señalización. Su fértil imaginación hace que el camino se llene de flechas y carteles de originales diseños compostelanos y que esté salpicado de hitos que se proveen de recuerdos a los ojos peregrinos.  Básicamente son señales con pintura (flechas rojas en dirección a Uclés y amarillas hacia Santiago); pero últimamente se estrena nueva señalización (de obra) a base de mojones y muretes con azulejos, además de infinidad de otros signos y adornos como conchas, cruces, monolitos... todo una extensa iconografía diseminada a lo largo de la ruta. No pasa semana sin que Rossi nos sorprenda con alguna nueva actividad para mejorar el camino. Punto a destacar es la construcción de pequeñas áreas de descanso que, a veces, se comparten con las vías verdes.

Que nuestra credencial de 18 de junio de 2014 marque el número 270 ya aporta un grado de veteranía peregrina. La repetición, esta vez a pie, tres años después, el 11 de noviembre de 2017 con el número 1137. Esto da idea de continuo aumento de peregrinos y el mayor conocimiento que se tiene de esta vía. Esto teniendo en cuenta según opona Rossi que un 40% va lo hace por libre y hasta 2013 no empezaron a contabilizarse los peregrinos. La Asociación piensa que han realizado hasta el año 2016  la ruta unos 4000 peregrinos.

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