El peregrino que escribe reflexiona pausadamente sobre lo que le ocurre, lo que ve; cuenta las sensaciones, describe los encuentros; pone en orden sus ideas, sujeta la memoria... Escribir se le hace necesario para no perder algunos de esos momentos mágicos que experimenta.
Son varias (y variadas) las peregrinaciones realizadas. Bastantes asociadas a relatos escritos que he ido compilando en un libro. A falta de que uno de mis hermanos (también escritor de diarios e peregrinación) me envíe sus últimas creaciones, yo incluiré también este diario personal de mi peregrinación uclesiana. En este libro se recogerán un buen puñado de peregrinaciones donde no falta la simpatía y la aventura.
Terminado el diario de este nuevo camino, su relato pasará a completar las página de este libro en una nueva edición ampliada. Tengo además la secreta esperanza de que uno de mis hermanos, también peregrino escribiente de diarios, tenga pronto a punto la redacción de sus nuevas peregrinaciones. Poco a poco vamos formando un personal tratado de peregrinaciones. Siempre podrá seros útil para saber a qué os enfrentáis, que podéis obtener y como viaje alternativo a los que ya habéis hecho o nunca llegaréis a intentar. Ultreia, vete más allá, peregrino.
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