jueves, 15 de junio de 2023

Para limpiarse el culo

 


Los WC de Mar-a-Lago, tienen rincones versallescos. Mármoles y dorados en los espejos, en la grifería y los picaportes... La mansión donde se ubican tiene un nombre de connotaciones marinas y, sin embargo, su dueño es el ejemplo más flagrante de chabacana ordinariez. El personaje, chulesco, grosero, soez (a más de paleto, zafio y embustero) la habita pero le traen al higo los detalles de buen gusto, los muebles bellamente trabajados; él lo que necesita realmente es un "botón de la coca-cola ligh" operativo y funcional. 

Pena dan unos EEUU donde la mitad de sus habitantes se tragan las mentiras evidentes de este trolero profesional. Miedo también que se tomen a broma su ideología supremacista, su relato victimista (¡Él, el incesante agresor sexual, moral, intelectual e -incluso- físico), su épica pendenciera, su economía de  chanchullo. Cada vicio lo cultiva y le engorda en las encuestas, le acrecienta en los apoyos. 

Solo hay una forma de acabar con un sujeto así: el ridículo. Un ridículo que se evidencie a sus seguidores (también es maestro en manejar ridículos para presentarlos como rebeldía intelectual). Quizá el encontrar los secretos de estado de su país al lado de la taza del water, a modo de papel higiénico, sirva para desenmascarar lo grotesco del personaje.  Pero quién sabe... ¿Quién puede fiarse de un país donde las delicadas confidencias y los peligrosos secretos serían usados para limpiarse el culo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por decidirte a comentar este artículo. Tu opinión y tus aportaciones son importantes para mí y mis lectores.