La apnea del sueño es un trastorno grave para la salud ya que la respiración se detiene y recomienza repetidas veces durante el sueño. Esto repercute muy negativamente en el descanso físico y psíquico (la privación del sueño, recordemos, es una muy cruel forma de tortura usada con frecuencia). Además a la larga, como luego explicaremos, entraña peligro de muerte por infarto.
Los síntomas habituales son los ronquidos fuertes, la sensación de cansancio al levantarse, la interrupción frecuente de la respiración durante algunos segundos mientras se duerme, jadeos al respirar en el sueño, sensación de sequedad en la boca, insomnio, hipersomnia (sensación de sueño durante el día), falta de atención, irritabilidad...
Los principales tipos de apnea del sueño son los siguientes:
1. Apnea obstructiva del sueño, la forma más común, que ocurre cuando los músculos que activan las partes blandas de la garganta se relajan (lengua, paladar blando...) y se obstruye la vía de acceso. La vía respiratoria se estrecha o cierra y la respiración se corta por un momento. Esto hace que no pueda recibirse suficiente aire, bajando el nivel de oxígeno en la sangre. El cerebro detecta que no puedes respirar y te despierta brevemente para que puedas volver a abrir las vías aéreas. Este despertar generalmente resulta tan breve que no lo recuerdas. Puede ocurrir que resoples, te ahogarte o jadees. Este patrón se puede repetir de 5 a 30 veces o más cada hora, durante toda la noche (sin embargo hay algunas personas que llegan a alcanzar 200-300 despertares) lo que dificulta la capacidad de alcanzar las etapas profundas y reparadoras del sueño.
Factores de riesgo
La apnea del sueño puede afectar a cualquiera, incluso a los niños. Sin embargo, determinados factores incrementan el riesgo.
- Sobrepeso. La obesidad aumenta en gran medida el riesgo de apnea del sueño. Los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias superiores pueden obstruir la respiración.
- Circunferencia del cuello. La gente con cuello grueso puede tener las vías respiratorias más estrechas.
- Vías respiratorias estrechas. Puede que hayas heredado una garganta estrecha. Las amígdalas o las adenoides también pueden agrandar y bloquear las vías respiratorias, especialmente en los niños.
- Ser hombre. Los hombres son dos o tres veces más propensos a tener apnea del sueño que las mujeres. Sin embargo, el riesgo aumenta en las mujeres con sobrepeso, y pareciera que el riesgo también aumenta después de la menopausia.
- Ser mayor. La apnea del sueño ocurre con mucha más frecuencia en adultos mayores.
- Antecedentes familiares. Tener miembros de la familia con apnea del sueño puede aumentar el riesgo.
- Consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes. Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, lo que puede empeorar la apnea obstructiva del sueño.
- Tabaquismo. Los fumadores tienen tres veces más posibilidades de presentar apnea obstructiva del sueño que las personas que nunca fumaron. Fumar puede aumentar la cantidad de inflamación y la retención de líquidos en las vías respiratorias superiores.
- Congestión nasal. Si tienes dificultades para respirar por la nariz (ya sea por un problema anatómico o por alergias) es más probable que desarrolles una apnea obstructiva del sueño.
- Afecciones. La insuficiencia cardíaca congestiva, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson son algunas de las afecciones que pueden aumentar el riesgo de apnea obstructiva del sueño. El síndrome de ovario poliquístico, los trastornos hormonales, los accidentes cerebrovasculares previos y las enfermedades pulmonares crónicas como el asma también pueden aumentar el riesgo.
3. Síndrome de apnea del sueño compleja, también denominado apnea central del sueño emergente del tratamiento, que ocurre cuando alguien tiene apnea obstructiva del sueño y apnea central del sueño
Complicaciones
La apnea del sueño es una enfermedad grave. Las complicaciones incluyen las siguientes consecuencias:
Fatiga durante el día. El sueño normal y reparador se hace imposible a causa de los despertares repetidos vinculados con la apnea del sueño, lo que probablemente provoque síntomas intensos de sensación de sueño durante el día, fatiga e irritabilidad.
Quizás tengas dificultades para concentrarte y te duermas en el trabajo, mientras ves televisión o incluso al conducir un vehículo. Las personas con SAS (Síndrome de Apnea del Sueño) presentan mayor riesgo de sufrir accidentes automovilísticos o en el lugar de trabajo. Si la enfermedad no está tratada no pueden conducir.
También pueden sentirse irascibles, malhumoradas o deprimidas. Los niños y adolescentes con apnea del sueño posiblemente tengan un desempeño escolar deficiente o problemas de conducta.
Padecerán de presión arterial alta o problemas cardíacos. El súbito descenso de los niveles de oxígeno en sangre que ocurre durante la apnea del sueño aumenta la presión arterial y sobrecarga el sistema cardiovascular. Si tienes apnea obstructiva del sueño, tu riesgo de presión arterial alta (hipertensión) es mayor.
La apnea obstructiva del sueño puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco recurrente, accidente cerebrovascular y latidos anormales del corazón, por ejemplo, fibrilación auricular. Si tienes una cardiopatía, los episodios múltiples de nivel de oxígeno bajo en sangre (hipoxia o hipoxemia) pueden provocar la muerte súbita a causa de los latidos irregulares del corazón.
Diabetes tipo 2. Si padeces apnea del sueño, eres más propenso a desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Síndrome metabólico. Este trastorno, que incluye síntomas como presión arterial alta, niveles anormales de colesterol, nivel alto de azúcar en sangre y aumento de la circunferencia de la cintura, está vinculado con un mayor riesgo de cardiopatías.
Complicaciones con medicamentos y cirugías. La apnea obstructiva del sueño también genera problemas con algunos medicamentos y la anestesia general. Las personas con apnea del sueño tienen más probabilidades de sufrir complicaciones después de una cirugía mayor porque son propensas a los problemas respiratorios, especialmente cuando están sedadas y acostadas boca arriba. Antes de una cirugía, dile a tu médico que padeces apnea del sueño y cómo la tratas.
Problemas hepáticos. Las personas que padecen apnea del sueño son más propensas a obtener resultados anormales en los exámenes de función hepática; además, el hígado de estas personas tiende a mostrar señales de cirrosis (enfermedad por hígado graso no alcohólico).
Privación del sueño en los compañeros de cama. Los ronquidos fuertes pueden impedir que las personas que duermen cerca de ti descansen bien. Con frecuencia, las parejas de las personas que roncan se van a otra habitación o incluso a otro piso de la casa para poder dormir.
TRATAMIENTO

Advierto que no todo el mundo tolera esta presión desacostumbrada al respirar. En mi caso no fui capaz de utilizar la mascarilla más que algunos minutos en los primeros días. Me impedía dormir, me ahogaba, temía dormirme y no poder controlarla... Llegué a asegurar al médico que no me acostumbraría. El doctor me dijo con convicción que no había otro modo y que no usarla sería muy perjudicial. Finalmente me acostumbré. Para evitar obsesionarme con esa respiración extraña, que me obligaba a pensar constantemente en cada inspiración me fue de gran ayuda concentrarme en ver películas por TV; te distraen y, poco a poco, acabas regulando automáticamente tu ritmo respiratorio.
Pese a la parafernalia de la máquina CEPAP, esta es la única manera de descansar correctamente que tenemos los afectados. La vida cambia de color cuando vuelves a sentirte descansado al levantarte. Mejorará tu ánimo, conducirás sin peligros añadidos; en definitiva: serás más feliz.
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