Sufro hartazgo de figuras retóricas inadecuadas, innecesarias e inoportunas. Las encuentro escritas en los medios, anunciadas en las paredes, en las conversaciones a pie de calle, en las charlas al costado de la barra del bar... Paseo por mi ciudad y me doy de bruces con expresiones sorprendentes que me hacen dudar de si perdí la ubicación, de si estoy en mi tiempo. Por momentos pienso que me han expatriado, que vivo en un lugar extraño.
De vuelta a la calle piso sin querer una "deposición canina" y corro a sentarme en un banco del "espacio de ocio", enfrente de un hotel que anunciaba "pernoctaciones" a 60 euros. Necesitando relajarme me acerqué a un pub que se anunciaba como rincón "chill out"
Y allí, mientras me tomo una "birra", medito sobre el surtido de chorradas, tonterías y gilipolleces que nos presenta la cartelería del barrio.
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