miércoles, 19 de octubre de 2022

Surtido de gilipolleces

Sufro hartazgo de figuras retóricas inadecuadas, innecesarias e inoportunas. Las encuentro escritas en los medios, anunciadas en las paredes, en las conversaciones a pie de calle, en las charlas al costado de la barra del bar...  Paseo por mi ciudad y me doy de bruces con expresiones sorprendentes que me hacen dudar de si perdí la ubicación, de si estoy en mi tiempo. Por momentos pienso que me han expatriado, que vivo en un lugar extraño.


Busco la panadería y me encuentro sobre la puerta un nuevo cartel que me presenta el establecimiento habitual como "Boutique del pan" y me hace pensar que allí se visten las hogazas y adornan las barras de leña con chales enharinados. Entro en la farmacia y me doy de bruces con un letrero que pone "Cesación tabáquica" y el clásico anhelo de dejar de fumar adquiere tintes castradores, aires de exterminio. Perturbado me dirijo a un bar para tomarme una cañita y digerir semejantes barbaridades y me encuentro el establecimiento intitulado "Gastrobar" y a su costado el  familiar restaurante rebautizado "Gastroteca".  Finalmente, tras mis compras en el Corte Inglés, paso por la "tienda gourmet" y me compro unas "delicatessen" para invitar en mi cumple. 

De vuelta a la calle piso sin querer una "deposición canina" y corro a sentarme en un banco del "espacio de ocio", enfrente de un hotel que anunciaba "pernoctaciones" a 60 euros. Necesitando relajarme me acerqué a un pub que se anunciaba como rincón "chill out" 

Y allí, mientras me tomo una "birra", medito sobre el surtido de chorradas, tonterías y gilipolleces que nos presenta la cartelería del barrio. 


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