Asco es la denominación de la emoción de fuerte desagrado y disgusto hacia algo, como determinados alimentos, excrementos, materiales orgánicos podridos o sus olores, que nos produce la necesidad de expulsar violentamente el contenido del estómago a través de la boca.
Veamos unas cuantas situaciones que producen "asco" y que realmente son inmotivadas:
Mi decisión de reciclar los pañuelos, tisúes, etc, que he tirado a la papelera y que reutilizo cuando están secos.
Situada bajo mi escritorio, y en periodos de exagerada mucosidad (hablando en plata: "cuando estoy de mocos hasta las orejas") voy usando decenas de pañuelos de papel que, al cabo de unas horas vuelven a estar secos. Llega un momento en que comienzo a reciclarlos. ¿Que asco? Analicemos el caso sin prejuicios ni escrúpulos previos. ¿Acaso sería más higiénico guardar los pañuelos usados una o dos veces y mojados en el bolsillo y usarlos después -húmedos aún- y después de estar encerrados en un minúsculo espacio en vez de al aire libre, en la papelera? Piénsalo.
El hecho de escupir en un vaso y beberte después el contenido. ¿Realmente es asqueroso? Si acaso es un acto inútil, pero ¿asqueroso? Al fin y al cabo no es muy diferente de acercarte un vaso a los labios y beber cuatro o cinco veces que es lo habitual cuando lo llenamos.
El usar papel higiénico para sonarse los mocos. Realmente quién sienta reparos por eso, es que no ha tenido una verdadera urgencia moquera. Creo que algunos tienen demasiada imaginación y no se centran en que, en realidad, es un simple pañuelo enrollado. Pero para muchas obsesiones apenas hay remedios.
La infundada aprensión a reciclar cabezas y restos del marisco consumidos por los comensales para realizar un buen caldo de marisco. Puedo garantizar que hacen un buen caldo y que, a quienes lo he servido -sin explicarles el origen, por precaución- les ha gustado. Al fin y al cabo se hierven y cuelan. ¿No aceptamos acaso que se pisen las uvas con los pies (cuya limpieza no nos detenemos a comprobar) y nos bebemos el vino pagándolo carísimo incluso carísimo si es del bueno? La fermentación (como el hervido, acaba con cualquier germen; sin embargo aceptamos esto para el vino y no para nuestro caldo. ¡A saber lo que hacen algunas marisquerías para dar sabor a sus ricas paellas!
¡Qué tal una taza del café más caro del mundo? ¿Una auténtica delicatesen recogida entre la mierda?¿Y el delicioso sabor de los tomates "ecológicos", de las lechugas de huerto, de las hortalizas del pueblo? Seguramente sabrás que la mayor parte del secreto es el abonado, para lo cual hacen falta muchos kilos de excrementos y restos en descomposición. Ya lo decía mi tío:
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