lunes, 26 de abril de 2021

Sobre ascos

 


Asco es la denominación de la emoción de fuerte desagrado y disgusto hacia algo, como determinados alimentos, excrementos, materiales orgánicos podridos o sus olores, que nos produce la necesidad de expulsar violentamente el contenido del estómago a través de la boca.

Veamos unas cuantas situaciones que producen "asco" y que realmente son inmotivadas:

Mi decisión de reciclar los pañuelos, tisúes, etc, que he tirado a la papelera y que reutilizo cuando están secos.
Situada bajo mi escritorio, y en periodos de exagerada mucosidad (hablando en plata: "cuando estoy de mocos hasta las orejas") voy usando decenas de pañuelos de papel que, al cabo de unas horas vuelven a estar secos. Llega un momento en que comienzo a reciclarlos. ¿Que asco? Analicemos el caso sin prejuicios ni escrúpulos previos. ¿Acaso sería más higiénico guardar los pañuelos usados una o dos veces y mojados en el bolsillo y usarlos después -húmedos aún- y después de estar encerrados en un minúsculo espacio en vez de al aire libre, en la papelera? Piénsalo.

El hecho de escupir en un vaso y beberte después el contenido.  ¿Realmente es asqueroso? Si acaso es un acto inútil, pero ¿asqueroso? Al fin y al cabo no es muy diferente de acercarte un vaso a los labios y beber cuatro o cinco veces que es lo habitual cuando lo llenamos. 

El usar papel higiénico para sonarse los mocos. Realmente quién sienta reparos por eso, es que no ha tenido una verdadera urgencia moquera. Creo que algunos tienen demasiada imaginación y no se centran en que, en realidad, es un simple pañuelo enrollado. Pero para muchas obsesiones apenas hay remedios.

La infundada aprensión a reciclar cabezas y restos del marisco consumidos por los comensales para realizar un buen caldo de marisco. Puedo garantizar que hacen un buen caldo y que, a quienes lo he servido -sin explicarles el origen, por precaución- les ha gustado.  Al fin y al cabo se hierven y cuelan. ¿No aceptamos acaso que se pisen las uvas con los pies (cuya limpieza no nos detenemos a comprobar) y nos bebemos el vino pagándolo carísimo incluso carísimo si es del bueno? La fermentación (como el hervido, acaba con cualquier germen; sin embargo aceptamos esto para el vino y no para nuestro caldo. ¡A saber lo que hacen algunas marisquerías para dar sabor a sus ricas paellas!

¡Qué tal una taza del café más caro del mundo? ¿Una auténtica delicatesen recogida entre la mierda? 

Se trata del cotizadísimo Kopi Luwak  un café, producido mayoritariamente en Indonesia, que tiene como peculiaridad que se obtiene moliendo los granos de café extraídos de las deposiciones de un animal, la civeta (llamada Luwak en el idioma local). Su precio astronómico (el coste medio de un kilo de esta variedad está en unos 900 euros) se explica por su escasez (apenas un total de unos 500 kilos al año). Parece ser que los luwak, tienen la habilidad de elegir los frutos del café cuando están en su mejor momento de madurez y así van comiendo solamente los que están en su punto. Después, las encimas del aparato digestivo del Luwak, interaccionan con el café, produciendo el efecto de eliminar una gran parte de su amargor, por lo que el café resulta bastante dulzón sin necesidad de añadirle azúcar, y mantiene un gran aroma y sabor a café intenso.¿Os acordáis de aquel dicho que oímos en nuestra niñez: "Si la mierda valiera dinero, los pobres nacerían sin culo"?)

¿Y el delicioso sabor de los tomates "ecológicos", de las lechugas de huerto, de las hortalizas del pueblo? Seguramente sabrás que la mayor parte del secreto es el abonado, para lo cual hacen falta muchos kilos de excrementos y restos en descomposición. Ya lo decía mi tío: 
"Cava hondo, echa basura, 
y cágate en los libros de agricultura" 

El secreto de un buen vino: mear en él.  ¿Conocéis la genial película china "Sorgo rojo" de Zhang Yimou? En ella cuentan la historia de Jiu’er una joven que, tras enviudar de un anciano enfermo, se hace cargo se la destilería de licor de sorgo de su difunto marido. Un día Yu,su amante, bebe hasta emborracharse y orina en el licor de sorgo. Para sorpresa de todos, el licor se vuelve delicioso y el negocio florece. Podemos sentir todos los ascos del mundo, pero aquel vino se lo rifaban. 

Así que hagamos "de tripas corazón". El resultado muchas veces merece la pena. 

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