Hay refranes que se ajustan como guantes a una situación concreta; uno de ellos, muy castellano, dice así: "Haz ciento y yerra una y será como si no hicieras ninguna"
El actor de un favor puede ser en extremo generoso y errar solo una vez (no herrar ninguna, sólo Dios y le asesinaron) y su honra, por ello, debería ser grande . O bien puede errar muchas veces y, en buena lógica, su fama debería deteriorarse en consecuencia.Sin embargo para el destinatario de los favores no siempre existe una lógica matemática. Para un cristiano, por ejemplo, puedes haber hecho buenas acciones por centenares; un solo pecado te condenaría. Igualmente es posible que fueras un gran pecador: el arrepentimiento de última hora te daría pasaporte al paraíso. Lo deja bien claro Jesucristo, según consta en los evangelios, en la parábola de la oveja descarriada: "Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos" (Lucas 15,7) y en el evangelio extracanónico de Tomás añade que dijo a la oveja: "Te quiero más que a las noventa y nueve" (Evangelio de Tomás 107). Consciente de esta moralidad, Shakespeare, decide que su atormentado personaje Hamlet, aplace el matar a Claudio al encontrarlo en actitud orante pues cree que si lo mata en ese momento irá al cielo y piensa que no es lugar que merezca quién asesinó a su padre.
Y es que aplicando las leyes de la lógica a la moral cristiana surge esta cadena de silogismos:
"Si perdonas siempre eres bueno,
si perdonas siempre el malvado nunca aprenderá.
Si alguna vez dejas de perdonar (por ejemplo para aleccionar al malvado),
será como si nunca lo hubieras hecho y entonces tú también serás malvado."
Que podemos concluir así:
"Ergo, mejor no perdonar (errar)
que quizás,al final, quizás te salves en un último perdón (arrepentimiento)".
Podríamos inventar un refrán complementario al propuesto para explicar la conclusión expuesta: "Van noventa y nueve erradas, pero acierta una y vas salvada" (en realidad ya existe en el refranero alguno apuntando en esa dirección: "La esperanza del perdón, alienta al pillo y al ladrón"
Si alguna vez dejas de perdonar (por ejemplo para aleccionar al malvado),
será como si nunca lo hubieras hecho y entonces tú también serás malvado."
Que podemos concluir así:
"Ergo, mejor no perdonar (errar)
que quizás,al final, quizás te salves en un último perdón (arrepentimiento)".
Podríamos inventar un refrán complementario al propuesto para explicar la conclusión expuesta: "Van noventa y nueve erradas, pero acierta una y vas salvada" (en realidad ya existe en el refranero alguno apuntando en esa dirección: "La esperanza del perdón, alienta al pillo y al ladrón"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por decidirte a comentar este artículo. Tu opinión y tus aportaciones son importantes para mí y mis lectores.