Yo, apesadumbrado, asisto al levantamiento del velo sobre el alma humana. Me topo de bruces con el auténtico retrato de Dorian Gray. La que en su facebook se mostraba simpática y vital, la de infinidad de fotos de ternura y cariño con animales y personas, la "egresada de la universidad de la vida", la amante del baile, de la música... escondía tras esa imagen un alma perversa. De repente todos hemos descubierto el demonio de llevaba dentro. Fácil es ahora exorcizar en persona ajena nuestros propios demonios: elegimos el sujeto de la posesión con adjetivos tranquilizadores: una inmigrante, negra, antigua trabajadora de un club de alterne... Pero yo sé que todos podemos estar de alguna manera poseídos. Ya no me fío de nadie, ni de mí mismo. En el corazón del hombre habitan las tinieblas. Su corazón sueña cada noche y no siempre son dulces sueños. Las pesadillas existen.
miércoles, 14 de marzo de 2018
El corazón de las tinieblas.
Yo, apesadumbrado, asisto al levantamiento del velo sobre el alma humana. Me topo de bruces con el auténtico retrato de Dorian Gray. La que en su facebook se mostraba simpática y vital, la de infinidad de fotos de ternura y cariño con animales y personas, la "egresada de la universidad de la vida", la amante del baile, de la música... escondía tras esa imagen un alma perversa. De repente todos hemos descubierto el demonio de llevaba dentro. Fácil es ahora exorcizar en persona ajena nuestros propios demonios: elegimos el sujeto de la posesión con adjetivos tranquilizadores: una inmigrante, negra, antigua trabajadora de un club de alterne... Pero yo sé que todos podemos estar de alguna manera poseídos. Ya no me fío de nadie, ni de mí mismo. En el corazón del hombre habitan las tinieblas. Su corazón sueña cada noche y no siempre son dulces sueños. Las pesadillas existen.
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