viernes, 19 de enero de 2018

La extraña muerte de Magdiel Sánchez (relato breve)


En Oklahoma City hay un montón de perros callejeros. Al atardecer se les puede ver deambular por la calle 57 cruzando las amplias y solitarias avenidas bajo la luz de las farolas. El bloque 200 está formado por parcelas con edificios bajos de una sola planta. La mayoría son talleres y bungalows plantados e medio de los solares con cierto aire de abandono.

Magdiel Sánchez, tiene allí su casa. A menudo se sienta en el porche al atardecer abstraído en sus pensamientos. A esas horas no es raro que tenga un palo a su lado para defenderse de los perros que vagabundean en los alrededores. El 20 de septiembre de 2017, a las 8 de la noche bajo el porche parecía, algo nervioso, esperar acontecimientos.

La policía de Oklahoma recibió un aviso a las 8:00. "Un conductor había tenido un accidente con atropello incluido y se había dado a la fuga".  El testigo que hizo la llamada  había facilitado también la identidad y el domicilio del conductor: se trataba del padre de Magdiel.

El teniente Matthew  Lindsey se prensentó en los alrededores del domicilio de Magdiel y lo descubrió esperando bajo el porche. La figura de Magdiel le pareció amenazadora y creyó percibir el cañón de una escopeta entre sus manos. Enseguida pidió refuerzos y el sargento Chris Barnes llegó con una segunda unidad para asistirlo.

En ese momento Magdiel se levantó y avanzó hacia ellos. Los agentes le apuntaron con sus armas y le gritaron:
- ¡Deja el arma y túmbate en el suelo!
Pero Magdiel continuó avanzando y gesticulando presa de la frustración. 

Los vecinos gritaban desesperadamente algo a los agentes que, asustados, apremiaban a Magdiel apuntándole:
 ¡Tirate al suelo y suelta el arma!

Magdiel se aproximó hasta a unos cinco metros y entonces los agentes abrieron fuego. Lyndsey utilizó su pistola Taser de electrocución paralizante y Barnes disparó seis tiros con su arma reglamentaria. Los vecinos seguían gritando horrorizados a los policías que se detuvieran.  

Cuando los policías se acercaron se dieron cuenta sorprendidos que Magdiel Sánchez no  portaba arma alguna sino un caño metálico de unos 60 cm. envuelto con alguna cosa y atado con un cordoncito de cuero. 

Los vecinos se acercaban gritando: - ¡Es sordo! ¡No puede oíros!

Cuando llegó el equipo de emergencia sanitaria solo pudo certificar su muerte.


NOTAS:

  • El relato, verdadero y  documentado en la prensa, ocurrió en el día de la fecha y en el lugar de  Oklahoma indicado. Con ayuda de Google street puedes hacerte una idea del aspecto del lugar (201 SE 57th St Oklahoma City, Oklahoma) y en este enlace puedes ver su aspecto
  • Numerosos medios recogen la noticia y ofrecen detalles del suceso (buscando con las palabras: magdiel sánchez sordo oklahoma; aparecen ya más de mil resultados
  • Existen más casos similares, como el de Daniel kevin Harris, que resultó muerto por un disparo de la policía cuando este se dirigía al agente pretendiendo explicarse en lengua de signos. Otro caso es el Antony, ciclista sordo abatido por la policía al no reaccionar a las sirenas del coche que le perseguía. Hay más casos como este: Andrés Cortés Cordero, sordo atropellado por un tren que no pudo oír al estar circulando con su bici sobre las vías.
  • Las situaciones de indefensión de las personas sordas se dan en innumerables situaciones sociales, he aquí algunos casos:
- Un almeriense pasa 7 horas en urgencias de un hospital al no oír las llamadas por megafonía.
- La indefensión de los conductores sordos en los controles de carretera.
- ¿Cómo podría jugar con su equipo a fútol un niño sordo si el árbitro suspende el partido y le obliga a quitarse los audífonos?


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